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Ignacio Villa

Los rostros del sectarismo

Los resultados de las elecciones del 13 de junio tienen y tendrán muchas lecturas que ya han comenzado a realizarse. Análisis a los que el Ejecutivo Zapatero no debería hacer oídos sordos, aunque sus "amigos" mediáticos de siempre busquen el conchabeo y la deformación de la realidad. Pero en fin, además de esos análisis muy importantes para las claves políticas de los próximos meses, hay ya tres nombres propios del entorno socialista que han quedado considerablemente tocados.
 
La primera persona que ha salido cojeando del 13-J es la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Su intervención la noche electoral ¿valorando sin valorar? los resultados y los porcentajes colocan a la número dos del Ejecutivo en una situación complicada. Desde luego, la mano que le escribió esas afirmaciones rotundas sobre la victoria socialista deberá de reconsiderar su situación. Fernández de la Vega, que siempre irrumpe en los Consejo de Ministros con alguna "frase hecha" del mismo estilo que la de la noche electoral, está demostrando con estas acotaciones poca cintura política y desde luego poco recorrido real. Fernández de la Vega se equivocó de cabo a rabo, y a este paso nos vamos a acostumbrar a ver a la vicepresidenta rectificar lo "dicho pero no dicho".
 
El segundo nombre de la lista es conocido por todos. Carmen Caffarel, directora general de RTVE. Nunca se había conocido nada igual. Manipulación y más manipulación. Y además hay donde elegir. Maniobra burdamente con los debates en servicio del PSOE, acorrala de mala manera a Jaime Mayor Oreja en la entrevista electoral de Baltasar Magro o corta "a tajo limpio" la intervención de Mariano Rajoy en la noche electoral. Y eso que ahora tienen todo el viento a favor, y los problemas se esconden entre el entusiasmo y los aplausos. ¿Qué nos esperará cuando empiecen los problemas lógicos de cualquier Gobierno? Por cierto, hasta ahora el director de Informativos, Fran Llorente, no aparece en escena. Pero ya va siendo hora de que dé la cara. Se puede empezar a pensar que ni está, ni se le espera.
 
Y, ¿quién es el tercero en discordia?, se preguntarán ustedes. Pues el tercero de la lista es alguien que todavía no se entiende que no haya presentado la dimisión. Hablamos de Fernando Vallespín, director del CIS. Los resultados esperpénticos de la última encuesta electoral del CIS con los datos de las elecciones europeas son un ejemplo, llevado al extremo, de la misma manipulación. El Centro de Investigaciones Sociológicas, que tiene todos los medios a su alcance para realizar una encuesta muy ajustada a la realidad, se ha columpiado extrañamente esta vez. ¿Motivos políticos? La solución la tiene Pepín Blanco.
 
En fin, ya tenemos a los tres primeros rostros de la manipulación socialista. Desde luego han tardado poco en ponerse a ello. Y llevamos dos meses. ¡La que nos espera!

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