Menú
Ignacio Villa

Maquillaje compulsivo

Ciertamente el dato que conocemos esta maquillado al alza para el Gobierno, en un momento además que debería ser el más dulce de una legislatura, es decir, el primer año en el poder

La encuesta del CIS que se ha hecho pública este martes es la confirmación oficial de dos cuestiones: manipulación sistemática de los datos y manipulación intencionada en el calendario de publicación. Son tantas las irregularidades cometidas que convierten a este último estudio de intención de voto en un ejemplo inequívoco del engaño convertido en normalidad que utiliza habitualmente este Gobierno.
 
Para empezar habrá que decir que este análisis demoscópico se tenía que haber conocido el pasado mes de marzo, entonces se ocultó a la ciudadanía para que "no influyera" –dicen– en el Debate sobre el Estado de la Nación. Es decir, el estudio de campo que hemos conocido ahora se ha realizado –oficialmente– en el momento más conveniente para el Ejecutivo, antes del citado debate parlamentario y antes de toda la dura polémica a la que está siendo sometido el Gobierno con sus negociaciones con los terroristas de ETA. Dicho de otra forma, a esto se le llama encargar encuestas según el interés del consumidor.
 
En todo caso y con todo ese cargamento de manipulación, la realidad es que esta encuesta nos deja en evidencia que Mariano Rajoy ha acortado una considerable distancia respecto a Zapatero de cara a unas elecciones generales. Ciertamente el dato que conocemos esta maquillado al alza para el Gobierno, en un momento además que debería ser el más dulce de una legislatura, es decir, el primer año en el poder. Justo en el arranque de la gestión es cuando un Gobierno goza del nivel más alto de apoyo popular. Y este Ejecutivo, con Zapatero a la cabeza, no remonta; más bien se encuentra en un grado de popularidad muy bajo para estar en un momento incipiente de la legislatura.
 
A esta cuestión hay que añadir algunos datos más. Es muy difícil en esas encuestas de hemeroteca encontrar un empate entre un presidente y un ministro de su propio Gabinete. Por cierto, ¿no les parece francamente burdo que a la vicepresidenta le hayan subido una centésima para el aprobado raspado?.
 
En fin, un Gobierno que tiene que recurrir a estas artimañas y a estos malabarismos poco seguro está de sí mismo, poco seguro esta de su gestión y muy poco tranquilo se puede encontrar por los resultados. Este Ejecutivo se ha lanzado al maquillaje compulsivo. Y eso es hambre para hoy... y debacle para mañana.

En España

    0
    comentarios