El Partido Socialista, ante el asombro general, se está atreviendo cada vez con más tozudez a hacer lo más dificil y lo más complicado. La actual dirección cada día comete más torpezas y acumula más contradicciones en sus actitudes y en sus estrategias. Es sorprendente, pero así es. Cual prestidigitadores, Zapatero y su equipo parecen empeñados en sorprendernos a todos. Pero, ¡cuidado¡, no estamos ante prestidigitadores de primera, sino ante magos de medio pelo que van de pueblo en pueblo y de feria en feria, ganándose los cuartos como buenamente pueden, pero sin éxito alguno. Prestidigitadores tan malos que hasta los chavales que se acercan a ver los trucos, descubren sin esfuerzo la trampa y el cartón.
En estos momentos, el PSOE de Rodríguez Zapatero tiene abiertos, gracias a su maestría, varios frentes irreconciliables y contradictorios entre sí. En Cataluña, pacto con los republicanos nacionalistas. En el País Vasco, Zapatero acudirá el sábado a la manifestación de ¡Basta ya¡ mientras que el Alcalde donostiarra Odón Elorza critica esa manifestación sin que sea expedientado desde su partido. Y ahora, para que el desconcierto cuaje del todo, el "brillante" Jesús Caldera anuncia un recurso ante el Constitucional contra la reforma del Código Penal. En fin, estos son sólamente los últimos ejemplos de estos días. No hace falta remontarse demasiado en el tiempo, más allá de la última semana, para percibir de cerca qué es lo que está pasando en la calle Ferraz. Y lo que está pasando es inexplicable.
¿Alguien puede poner encima de la mesa alguna razón, alguna brizna de sentido común que desentrañe tanta contradicción? Definitivamente, en el PSOE no saben por dónde les da el aire. Es imposible hacerlo peor, con más ineptitud y con menos acierto. Zapatero y sus chicos están desmontando de cuajo el Partido Socialista. Desde luego, quién venga detrás del actual secretario general, una vez consumada la derrota de marzo, se va a encontrar con un partido destrozado, desmotivado y descuartizado. Sin disciplina, sin ilusión y sin referentes. Un partido por los suelos. Y es que es imposible cometer más errores en menos tiempo.
La última entrega ha sido el recurso ante el Tribunal Constitucional sobre la reforma del Código Penal. Los socialistas dijeron el pasado verano que ellos mantendrían su propia estrategia contra el plan Ibarretxe. ¿Dónde está esa estrategia? ¿Alguien conoce alguna directriz de esa mal llamada ofensiva? Un día pide Zapatero que el Gobierno busque la condena de Europa a ese plan secesionista, a las pocas horas recurren la reforma del Código Penal. Sinceramente, no hay explicación para tanto desaguisado. Este PSOE no tiene ni orden, ni concierto. Cada día repiten aquello de: ¡más difícil todavía! Y desde luego todavía tienen tiempo para más errores, así que podemos estar seguros de que este espectáculo, triste y lamentable, no ha terminado todavía.