Al más puro estilo Aznar, un lunes cualquiera, sin previo aviso, como quien no quiere la cosa, Jaime Mayor Oreja se ha convertido de la noche a la mañana en el “jefe de campaña” del PP para las próximas elecciones autonómicas y municipales previstas para 2003. El nombramiento, obra de José María Aznar, sólo ofrece una interpretación: la intención del presidente de recuperar a Mayor Oreja para la política nacional; es decir, situarle en la carrera de la sucesión.
El encargado de realizar el anuncio ha sido el secretario general del PP, Javier Arenas, pero la decisión ha sido del presidente. Ello significa un punto de inflexión en esta larga carrera para la sucesión. Jaime Mayor, sin un trabajo concreto en Madrid desde las últimas elecciones vascas, vuelve de esta manera a tener mando en plaza en la calle Génova. Ser el coordinador del programa electoral es un punto clave en el proceso electoral autonómico y municipal del año próximo. Es un nombramiento que significa volver a la sede nacional del PP por la puerta grande, con poder y con capacidad de decisión. Mayor Oreja se convierte en la referencia para todos los presidentes autonómicos del PP, para todos los alcaldes populares y también para todos los candidatos que pretendan arrebatar a los socialistas la mayoría autonómica y municipal allí donde la tengan.
En las últimas elecciones generales, el antecesor de Mayor Oreja en ese puesto lo fue Mariano Rajoy. Dicho de otra forma: José María Aznar no se ha olvidado de Mayor Oreja. Durante meses parecía que Aznar tenía algo aparcado al que fuera ministro del Interior, pero los hechos han demostrado lo contrario. Aznar tiene sus tiempos, en muchos casos desconcertantes, pero ciertamente a cada uno le llega su momento al final. La irrupción en Madrid de Mayor Oreja como jefe del programa electoral le permite mantener presencia y responsabilidades en el País Vasco, pero al mismo tiempo le tiende un puente para que vaya aterrizando en la calle Génova sin prisas, sin precipitaciones y con razones; pero, sobre todo, esta designación hace que la presencia de Mayor Oreja en Madrid esté, a partir de ahora, sobradamente justificada.
Mayor Oreja comienza su regreso a Madrid. El resto de etapas, con la vuelta al Gobierno incluida, dependen de Aznar. Pero este gesto del presidente confirma que mantiene a Mayor entre los candidatos a la sucesión. Una candidatura que pasa obligatoriamente por su vuelta a la política nacional. Esto acaba de empezar.
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