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Ignacio Villa

No son suficientes buenas palabras

Este jueves, el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón ha aprovechado su presencia en el Foro de ABC para hacer un acto público de fidelidad –por lo que parece incombustible– al liderazgo de Mariano Rajoy al frente del Partido Popular. Gallardón ha dicho, entre otras cosas, que su gran objetivo político es que Mariano Rajoy se convierta en el próximo presidente del Gobierno. Le hace más ilusión, dice Gallardón, que Rajoy llegue a La Moncloa que volver a ganar él mismo las próximas municipales.
 
Intento por parte de Gallardón de aparcar y enterrar rumores, en presencia del propio interesado –Mariano Rajoy– por lo que tiene una limitada validez política. El actual Alcalde de Madrid está ahí. Él lo sabe. Su nombre figura, siempre lo ha hecho, como uno de los posibles sucesor de sucesores; por lo que su anuncio de fidelidad a Rajoy es siempre bueno y construtivo para todos. Pero, ¡cuidado!, en política las palabras se las lleva el viento, e incluso las hemerotecas se pueden utilizar al antojo personal. Lo importante es que ahora Gallardón acompañe esas palabras de reconocimiento hacia Rajoy con los hechos. En política se puede predicar a los cuatro vientos lo que uno quiera, si esa lista de intenciones no se acompaña con gestos y con gestión de poco sirve, más alla de un cumplido público.
 
¿Y qué puede hacer Gallardón por el líder de su partido?, se preguntarán ustedes. Pues muy sencillo trabajar por el liderazgo de Rajoy con la misma tozudez con que lo hace por su propia figura política. Y ese trabajo deberá ser del vistoso, pero también del que pasa despercibido, que en muchos casos es el más eficaz. Si Gallardón, de verdad, quiere ayudar a Rajoy, trabajo tiene por delante. Pero esa actitud la tiene que mantener ahora en un coloquio ante el propio afectado o en el mes de junio después de las elecciones europeas con cualquier tipo de resultado.
 
Lo dicho, las palabras en política no son suficientes. Y es que la experiencia no es buena con Ruiz Gallardón, y todos en el PP lo saben. Su inevitable tendencia al protagonismo le ha llevado al mismo tiempo a no cerrar ninguna puerta para ser vicesecretario general de los populares en el Congreso de otoño. En fin, la buena disposición no es suficiente, hay que acompañarla con realidades. Y por el momento tendremos que esperar y ver.
 

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