Menú
Ignacio Villa

Objetivo: la República

El camino de Zapatero hacia la II República no es el ensueño de un ideal más o menos utópico sino el convencimiento de que la actual situación política española puede ser superada por esos valores que destruyeron a España en el año 1931.

Hay que reconocer que, en esta cuestión, el presidente del Gobierno no oculta sus objetivos, sus intenciones y sus estrategias. No oculta nada. Desde el principio de la legislatura Zapatero está buscando la división de la sociedad, está cultivando el enfrentamiento y está trabajando para reabrir viejas heridas que ya estaban cerradas, cicatrizadas y olvidadas.

Desde hace tiempo conocemos sus principios republicanos que van más allá de una declaración más o menos vistosa. La cuestión es más seria y mucho más grave. Rodríguez Zapatero piensa que el pacto de la transición está enterrado y superado, define la legalidad del 78 como algo que ya no tiene vigencia y que, por lo tanto, necesita un nuevo respaldo legal, político e incluso constitucional. Su gran obsesión es que la actual legalidad debe entroncar con la republicana, un régimen que tuvo el final que todos conocemos y que supuso uno de los periodos más desastrosos de la historia de España.

Con esos mimbres quiere Zapatero construir ese nuevo régimen que ha pergeñado. Un régimen que pasa por la destrucción de lo que conocemos por España, que necesita la desaparición del Partido Popular como alternativa de poder, que incluye un pacto con los terroristas para entregar el País Vasco y que tiene como principios de actuación la división, el enfrentamiento y el arrinconamiento, sin concesiones, de la Iglesia.

Todo esto podía ser más o menos conocido, pero lo que lo devuelve con fuerza al primer plano de la actualidad es la declaración de principios que el presidente del Gobierno ha realizado este miércoles en el Senado. Zapatero se ha declarado un convencido de la vigencia de los valores de la II República. El presidente ha reconocido que fue una época de lágrimas, pero inmediatamente ha subrayado que su Gobierno tiene como ejemplo y referencia aquella desastrosa etapa de la historia de España que terminó en la guerra civil.

El camino de Zapatero hacia la II República no es el ensueño de un ideal más o menos utópico sino el convencimiento de que la actual situación política española puede ser superada por esos valores que destruyeron a España en el año 1931 y que ahora está dispuesto a recuperar en toda su plenitud. Zapatero lleva muchos meses recuperando viejas historias con sus respectivas heridas, pero con la declaración del Senado abre una nueva puerta: nos dirigimos hacia un Estado de principios republicanos. Hay que estar atentos a la explosión de republicanismo que se va a alentar desde el Gobierno el próximo 14 de abril. No va a ser simple ruido. No esconden sus verdaderos objetivos y el que no quiera verlo es que niega la evidencia.

En España

    0
    comentarios