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Ignacio Villa

Pasividad igual a irresponsabilidad

Pero no importa, aquí no pasa nada. Todo se resuelve con la política sin contenidos pero de apariencias visionarias de este hombre que parece que ha descubierto el universo

El presidente Zapatero en estos casi nueve meses de Gobierno había mostrado, repetidas veces, su pasividad a la hora de afrontar problemas propios de su cargo. Una pasividad sin duda preocupante, pero en apariencia corregible. Nada más lejos de la realidad.
 
El Jefe del Ejecutivo ha demostrado ante la irrupción del Plan Ibarretxe un corto recorrido político. Incapaz de dar respuestas concretas, amparado en un diálogo de casita de muñecas y encastillado en una moderación que sólo es pusilanimidad; Rodríguez Zapatero se encuentra inmerso en un gravísimo problema político. Está abatido, no encuentra soluciones y no ofrece alternativas, sólo se dedica a criticar al Partido Popular, abanderando la más rancia demagogia. Busca la destrucción ajena y no responde al desafío del Plan Ibarretexe.
 
Zapatero ha optado, una vez más, por el "no pasa nada" como única tabla de salvación. Pero esta vez pasa y pasa mucho.  La actitud del presidente es algo más que criticable, es mucho más que preocupante, es francamente estremecedora. Zapatero está mostrando una gran debilidad política, con fuertes dosis de irresponsabilidad y con claras muestras de no saber que hacer. Comenta que "lo del Plan Ibarretxe tiene una gravedad limitada", abre las puertas del Parlamento a una propuesta apoyada por los terroristas de Batasuna y saca sus azotes habituales a lo realizado por Aznar.
 
¿Dónde nos quiere llevar este hombre?, ¿qué tiene en la cabeza?, ¿cuál es su verdadera estrategia? De las críticas hemos pasado a la alarma roja para terminar en la más absoluta estupefacción. El presidente del Gobierno –sin resolver los problemas domésticos– está ofreciendo una imagen lastimosa y destructiva con toda la imagen de España en el exterior. La última entrega ha sido el editorial del Wall Street Journal en el que se insiste en la falta de liderazgo de Zapatero y en el peligro que corre Europa con el plan secesionista vasco. 

Pero no importa, aquí no pasa nada. Todo se resuelve con la política sin contenidos pero de apariencias visionarias de este hombre que parece que ha descubierto el universo. Señor presidente, con un poquito de responsabilidad nos basta. Y por lo que estamos viendo, va a ser mucho pedir.

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