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Ignacio Villa

Poco a poco

Todo avance real en la lucha contra el terrorismo es importante y necesario. En esta cuestión no hay parcelas pequeñas; todas deben ser muy valoradas. La reciente cumbre franco-española de Perpignan nos deja varios acuerdos de importancia para la lucha contra ETA. Destacan la llamadas “entregas temporales” y las “denuncias oficiales”, que van a permitir interrogar con más facilidad a etarras en España, a pesar de que tengan causas pendientes en Francia.

Estas dos fórmulas son complementarias entre sí y, a su vez, también con la orden europea de busca y captura (o Euro orden), que verá la luz el próximo mes de diciembre. Además, suponen un paso adelante pese a tener puntos oscuros. No son fórmulas perfectas, ni son tampoco las que quería España en su inicio, pero son sobre todo un avance del que hay que alegrarse y sobre el que ahora se ha de trabajar.

El nuevo ambiente internacional que se respira sobre la lucha contra el terrorismo está cambiando muchas actitudes, algo que España debe saber aprovechar. En la lucha contra el terrorismo no hay atajos, ni trampas, ni tapujos. En esta cuestión hay lo que hay, y sobre ello hay que construir.

La cumbre de Perpignan ha significado un paso firme en la colaboración francesa en la lucha contra ETA. Ha supuesto un impulso político claro e inexcusable. Pero ¡ojo! Todavía jueces y fiscales franceses deben aplicar lo acordado y nos pueden ofrecer novedades desagradables.

Así pues, satisfacción con prudencia, alegría sin celebraciones. Estamos en una carrera de largo recorrido con muchas promesas incumplidas y con muchos reveses inesperados. El Gobierno español, ciertamente, se lleva de Perpignan unos buenos resultados; buenas intenciones que ahora los franceses tienen que ejecutar. En todo caso, tranquilidad. La experiencia nos dice que esto es una larga lucha. Al final, todo llega. Pero hay que tener paciencia.

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