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Ignacio Villa

¡Por fin tenemos portavoz!

Con Mariano Rajoy, el Gobierno del Partido Popular ha recuperado definitivamente la figura del Portavoz que se había dado por desaparecida después de las últimas elecciones generales, allá por mayo de 2000. Con Rajoy, las cosas han empezado a cambiar. Sus declaraciones, sus críticas y sus afirmaciones pueden ser más o menos afortunadas; pero de lo que no hay duda es de que ejerce de Portavoz del Gobierno. Por el momento, está actuando como debe hacerlo un Portavoz. No evita situarse ante micrófonos y cámaras, posicionando al Ejecutivo sobre los asuntos de actualidad. Con Rajoy, el Gobierno existe. Una sana virtud que deseamos, sinceramente, se mantenga en el tiempo.

En este sentido, el vicepresidente del Gobierno se ha pronunciado sobre la crisis abierta con Marruecos, que, después del incidente de Perejil, se mantiene abierta sin matices.

La ofensiva iniciada desde Rabat con el objetivo de azuzar la reivindicación de Ceuta y Melilla, ha sido bien respondida por el Portavoz del Ejecutivo. Sin calentar el ambiente, sin dar argumentos al enemigo, Rajoy ha vuelto a recordar que las cosas "son como son", y que el origen español de estas dos ciudades-autónomas no ofrece la más mínima duda. Pero, en todo caso, Rajoy ha recordado al Gobierno marroquí que existe un acuerdo para reconducir las relaciones diplomáticas que debe de ser cumplido por las dos partes. En ese acuerdo se pretende tranquilizar los ánimos y buscar la vuelta al tono de buena vecindad de los últimos años. Rajoy ha estado más claro y contundente en estas afirmaciones que la ministra de Exteriores en sus diversas comparecencias parlamentarias. Lo dicho por Rajoy no es casualidad: en estas declaraciones del Portavoz se percibe un cambio de actitud del Gobierno en la cuestión marroquí, un cambio que se podría resumir en aquello de "tranquilos pero claros".

Después de todo, en este comienzo para muchos de las vacaciones veraniegas, nos quedamos con dos buenas noticias. Por un lado, el Ejecutivo está dispuesto a mantener, de forma clara y nítida la línea que separa lo intocable. Y Ceuta y Melilla son intocables. Con lo dicho por Rajoy, el Ejecutivo vuelve a utilizar una estrategia más agresiva en el conflicto marroquí. Por otra parte, y como consecuencia de todos estos problemas con el vecino marroquí, nos han confirmado otra noticia: este Gobierno ya tiene Portavoz. Podrá equivocarse, podrá cometer errores, pero está dispuesto a ejercer de Portavoz. Y eso es también una buena noticia.

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