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Ignacio Villa

Recuperar la iniciativa

El plan de seguridad ciudadana que ha presentado el Gobierno del Partido Popular ofrece todos los requisitos para que sea considerado como un acierto político y de gestión. Con este gesto del Gobierno se percibe una cierta capacidad de reacción, un golpe de frescura después de unas semanas en las que el Ejecutivo ha estado zarandeado por las últimas encuestas del CIS, que le situaban a cuatro puntos de los socialistas. La sólida puesta en escena del nuevo Plan con el Vicepresidente del Gobierno y los ministros de Justicia y del Interior, los anuncios y las referencias del presidente Aznar en la última sesión de control al Gobierno son algunas muestras de que son conscientes de que deberán ponerse las pilas para devolver las encuestas a la situación anterior.

Es evidente, que con este Plan de seguridad ciudadana, el Ejecutivo recupera una imagen de iniciativa política necesaria para un partido mayoritario que tiene a su alcance todo lo que quiera. Ciertamente esta estrategia de ir por delante es la mejor de las posibles. En el Partido Popular no deberían olvidarse de que el ciudadano quiere que el Gobierno de turno se preocupe por sus problemas y busque soluciones. En el paquete de medidas sobre seguridad ciudadana que ha hecho públicas el Gobierno, hay muchas iniciativas conocidas y anunciadas hace tiempo, pero esta vez han sido "vendidas" con acierto, con convencimiento y con sentido político.

Lo ocurrido, pues, en esta ocasión, demuestra que cuando el Ejecutivo quiere hacerlo bien puede hacerlo correctamente. Un Gobierno con mayoría absoluta tiene todos los resortes para articular una ofensiva en toda la regla a la hora de airear la gestión. Estamos, en definitiva, ante la nueva estrategia que José María Aznar ya anunció en la primera Ejecutiva del curso: continuar con la política de reformas y de iniciativas. Un planteamiento que, para que obtenga todo el efecto deseado, deberá ser acompañado por todos los ministros, sin desmarques ni desapariciones. Por el momento, todo el Ejecutivo está en su sitio. Y es que la crisis de julio también ha tenido una lectura interna en el Gobierno: Aznar no está dispuesto a estropear ocho años de gestión en La Moncloa por la cicatería de algún que otro ministro. Un mensaje que desde luego, ha sido recibido y descodificado por todos los miembros del Gabinete. Y de lo que no cabe duda es que un Gobierno con iniciativa política entierra sin esfuerzo a la oposición, y más a una oposición como la actual, sin programa y más pendiente de las formas que del fondo.

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