Le ha costado, pero parece que al final Rodríguez Zapatero se ha dado cuenta de que en Ferraz ni hay talento ahora, ni parece que vaya a llegar en un futuro próximo. Y es que los socialistas llevan desde que están en el poder demostrando carecer de ideas. El fundamento de su estrategia política ha sido la demagogia, la descalificación, el embuste, la bilis, el rencor y el enfrentamiento. Esa ha sido la especialidad del PSOE estos últimos años y no es algo que vaya a cambiar ahora a pocos meses de las elecciones.
Por tanto, el anuncio de Caldera de recurrir a tres Premios Nobel, entre otras eminencias internacionales e intelectuales de calado, no es otra cosa que un envoltorio del caramelo amargo del insulto y la exclusión. Pretenden vestir el muñeco de la persecución y de la agitación. Pero a estas alturas de la legislatura ya nadie nos engaña y menos Caldera, al que ya conocemos demasiado.
Después de casi cuatro años de un Gobierno con un sectarismo sin precedentes, pretenden hacernos olvidar con operaciones de imagen y ridículas piruetas. Creen que los españoles olvidan con facilidad y van a quedar encandilados con el humo de la nada, el discurso del vacío y los fuegos de artificio. Pero ya no cuela.
Con un equipo formado por Blanco, López Garrido, Bermejo, Moratinos, Álvarez o el propio Caldera, ¿para que necesitan eruditos e intelectuales? Pero ironías aparte, lo cierto es que cuando en casa no hay talento, de nada sirve buscarlo fuera. Las catorce personas escogidas por el PSOE nunca van a gobernar España; si los socialistas ganan, lo harán los de siempre. Sí, esos que con el anuncio de hoy han reconocido que carecen de la capacidad suficiente para elaborar ellos mismos el programa electoral. Personas sin talento y que dejaron aparcado el talante incluso antes de subirse a la poltrona.
