El Gobierno Zapatero, que lleva ocho meses en el poder, ha demostrado con creces su incapacidad para la gestión política. No se recuerda en la historia reciente de España, un mayor desgaste de un Gobierno en tan poco tiempo. Es más, esto es especialmente grave cuando este Ejecutivo cuenta a su favor un gran número de medios de comunicación en los que no se encuentra una simple coma de crítica hacia Zapatero y sus ministros.
Pero en fin, que el Partido Socialista esté gobernando con las cotas de sectarismo y de irresponsabilidad con que lo está haciendo podía ser algo esperado; lo que era más difícil de suponer es que los socialistas no sepan utilizar correctamente su maquinaria de propaganda. Este Gobierno no gobierna, pero tampoco sabe intoxicar. Eso sí calumnias e injurias, a pares. Todas burdas, toscas y zafias.
Lo cierto es que el Gobierno lleva una buena colección de filtraciones que en pocas horas han sido desmontadas de cuajo resultando ser unas mentiras de cabo a rabo. Es sorprendente, pero cierto. No estamos hablando de medias verdades manipuladas, ni siquiera de mentiras bien adornadas. Ahora el Gobierno ya no manipula; simplemente miente y lo hace a destajo.
La lista de errores del Gobierno ZP es ya interminable, pero a esos errores hay que sumar otra lista: la de las filtraciones mentirosas. En esta última relación encontramos, por ejemplo, la mentira sobre el "lobby" contratado para el ex-presidente Aznar; el seguro "inexistente" de Federico Trillo; la calumnia sobre la pagina web del gruporisa, que nada tiene que ver con la COPE; la destrucción de documentos en el Palacio de la Moncloa, que después resultó no existir o la última mentira: un informe que no es tal del Tribunal de Cuentas sobre la contratación de publicidad de Eduardo Zaplana cuando era ministro de Trabajo.
Como se ve, este Gobierno es torpe hasta en la mentira. No estaría de más que se revise la política de comunicación o para que no se termine convirtiéndose en una política de incomunicación.