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Ignacio Villa

Un esquinazo clarificador

La paz sin libertad es dictadura, es la entrega del País Vasco a los terroristas, es dejar la puerta abierta al triunfo de aquellos que han intentado durante décadas destruir la democracia española.

La entrevista entre Rodríguez Zapatero e Ibarretxe ha despejado más incógnitas de las que puedan parecer, precisamente porque del encuentro no ha salido nada en claro. Es evidente que la relación entre los dos políticos no es nada buena y que, incluso, han saltado chispas este martes. Ibarretxe se siente ninguneado y Zapatero, que en otro tiempo le decía al jefe del Gobierno vasco lo que éste quería escuchar, ahora le ha dado esquinazo. Las cosas son hoy bien distintas y es que esa actitud del presidente nos confirma todas las sospechas más sobrecogedoras.

Precisamente ese enfriamiento en sus relaciones es lo que hace evidente que el presidente del Gobierno ha pactado con los etarras por encima del Partido Nacionalista Vasco. El Ejecutivo central ha acordado con el entorno del terrorismo los pasos de este alto el fuego, que en términos absolutos es una rendición del Gobierno socialista frente al terrorismo. Para el viaje del pacto con ETA, no hacían falta estas alforjas. El presidente del Gobierno, que se quiere apropiar de la bandera de la paz, nos está dejando a los pies de los caballos. La democracia española ha buscado durante muchos años la rendición del terrorismo; hacer lo que él está haciendo ahora es muy fácil cuando no se tienen principios. Dar a los terroristas todo lo que piden no tiene ninguna dificultad. El problema surge cuando esas cesiones trituran los cimientos democráticos.

No estamos ante ninguna paz real. Nos encontramos ante un escenario ficticio donde se pretende edificar una mentirosa paz sin libertad que no tiene nada de paz y todo de claudicación. La paz sin libertad es dictadura, es la entrega del País Vasco a los terroristas, es dejar la puerta abierta al triunfo de aquellos que han intentado durante décadas destruir la democracia española.

Ahora que desde el Gobierno y desde todas sus terminales mediáticas se intenta imponer un entusiasmo obligatorio, ahora que ser critico con Zapatero significa ser convertido en un parásito social, es el momento adecuado para recordar que el Gobierno nos está mintiendo, que el tramo recorrido hasta ahora está pactado con los terroristas y que lo tiene que llegar también lo está. La tensión, la frialdad y la distancia que este martes se ha vivido en Moncloa entre Zapatero e Ibarretxe es la última prueba que confirma las mentiras de Zapatero. Se está entendiendo con los terroristas de espaldas a los españoles. Y eso es mucho peor que jugar con fuego. Es jugar con todos nosotros.

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