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Ignacio Villa

Un Gobierno con respiración asistida

No hay que engañarse. Estamos ahora mismo inmersos en una situación política artificial. Nada es lo que parece.

Este Gobierno vive o, mejor dicho, sobrevive enchufado a la respiración asistida de la propaganda. Desde el principio el Ejecutivo Zapatero se encuentra permanentemente asistido por un inmenso aparato de propaganda. Ese aparato no tiene su sede principal en la Secretaría de Estado de Comunicación sino los muchos medios de comunicación del Grupo Prisa.

¿Estrategia? Muy sencilla. Dibujar un panorama, un horizonte que nada tiene que ver con la pura realidad. Esa maquinaria mediática se empeña en plantear un escenario en el que el Gobierno Zapatero vive inmerso en un "mundo feliz". ¿Problemas? Ninguno. ¿Errores? No existen. ¿Incapacidad? No se conoce. En resumen, todo funciona a la perfección. ¡Qué maravilla! Mira que sufrir los españoles ocho años de gobiernos del PP y no enterarnos donde estaba la felicidad. Al final hemos tenido que esperar a que llegara Zapatero y lo suyos para aterrizar en un paraiso político donde todo el mundo es bueno. Todos menos el Partido Popular. ¡Por supuesto!.

El problema surge cuando para mantener esta maquinaria de propaganda política tienen que inventar la realidad unas veces, mentir descaradamente otras y fabricar historias inverosímiles el resto. Hay no obstante algunas cuestiones que son francamente escandalosas. Por ejemplo llama la atención "la contraprogramación " que se está haciendo sobre los atentados del 11 de marzo. Ante el estado de opinión, cada vez más importante, de que hay mucho que investigar sobre los atentados de aquellos días, se ha convertido en cotidiano que  en el diario El País aparezcan historias que no se sostienen con ningún dato real cuando no son, sencillamente, mentiras flagrantes. Pero aquí nada importa. Mantener al Gobierno ZP a cualquier precio se ha convertido en la consigna general. Y en esas están.

No hay que engañarse. Estamos ahora mismo inmersos en una situación política artificial. Nada es lo que parece. Y el Gobierno que se obsesiona en ofrecer una imagen de estabilidad y modernidad vive angustiado por una carencia total de gestión. El Ejecutivo Zapatero ha cumplido seis meses de inoperancia, pero lo peor es lo que comenzó siendo una estrategia política pasó más tarde a ser un juego y en estos momentos se creen -sin tapujos- sus propias mentiras. ¿Cuál será el proxímo paso?.

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