Menú
Ignacio Villa

Un partido de otro mundo

Los Congresos de los partidos políticos son –es casi una costumbre– una gran máquina de propaganda política. Es una cuestión de manual: varios días de afianzamiento de los objetivos, entusiasmo sin límites y aplausos para el líder. Así va a ser el Congreso del PP, como lo son todos los Congresos de un partido que está en el Gobierno y que palpa poder en muchos circuitos de la Administración. Hasta aquí, estamos hablando de algo normal sobre lo que nadie debería de escandalizarse. El problema surge cuando esta máquina congresual no deja margen para el matiz, para el análisis e incluso para la crítica. Un partido político entra en caminos peligrosos cuando la uniformidad es la tarjeta de visita obligatoria, cuando no hay margen para la interpretación o cuando hay que permanecer en una disciplinada posición de guardia.

Un partido sin problemas es un partido de otro mundo y, cuando desde la dirección de una formación política se insiste en que todo funciona milimétricamente y que la armonía es absoluta, como mínimo es para dudar de ello. Si el PP quiere realmente transmitir la imagen de un partido vivo, pegado a la vida diaria y con ganas de convertir un proyecto político en realidad, no pasaría nada porque enseñara de vez en cuando algunos de sus defectos. No es bueno que un partido de Gobierno se parezca a aquellas viejas artistas que, con el paso del tiempo, se asientan en las operaciones de cirugía estética y en el maquillaje para disimular las pequeñas señales que la vida va dejando, pensando que nadie se da cuenta. Un partido no puede empeñarse en ser perfecto, a pesar de que parezca que le va la vida en ello. Los defectos, los errores y las diferencias hacen a los políticos más normales, más cercanos a la realidad.

El PP afronta su Congreso dispuesto a mostrar que todo es perfecto. Esa actitud, lejos de conseguir votos, les aleja de los ciudadanos que quieren dirigentes políticos “normales”, no extraterrestres. Por cierto, flaco servicio le hacen al PP desde algunos medios “oficialistas” que, en ocasiones, son más peperos que los propios militantes. Me refiero como ejemplo destacado al “teletexto” de TVE, que desde el pasado lunes ofrece en su servicio un dossier de veinticinco páginas sobre el Congreso del PP. Una entrega que, lejos de informar, parece más la recopilación del programa electoral de los populares en un medio de comunicación de titularidad pública. Suponemos que la dirección del PP es consciente de todo esto y que el Congreso, además de ser utilizado como una gran escenario de propaganda, algo legítimo por otra parte, será una buena ocasión para que el Partido Popular intente demostrar que es de este mundo, no de otra galaxia. Algunos se creen casi inmortales, y eso, en política, es muy peligroso.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

 &nbsp
!-->

En España

    0
    comentarios