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Ignacio Villa

Viejas recetas

¡Vaya descubrimiento que ha hecho Ana Mato! Parece que el verano no le está sentando especialmente bien. Nos dice ahora que Rodríguez Zapatero es un cínico y, además, añade que el secretario general de los socialistas miente cuando dice que no hará sangre con el “caso Gescartera”, puesto que ha tenido a Jesús Caldera y José Blanco haciendo leña del árbol caído durante todo el mes de agosto. La sagacidad de la dirigente del PP no deja de sorprendernos a todos. Ana Mato sabrá –es una cuestión de manual– que en esto de la política se hace con frecuencia lo que se llama reparto de papeles. Unos son los buenos y otros, los malos.

Ella misma recordará cómo, en tiempos del PP en la oposición, José María Aznar estaba por encima del bien y del mal, mientras que Trillo, Cascos o Loyola de Palacio le hacían el trabajo sucio. Incluso Luis Ramallo, ahora afectado colateral de “Gescartera”, también era uno de los que trabajaban en aquel equipo. Pues bien, el PSOE se limita a repetir la receta: Zapatero hace de bueno, Caldera y Blanco de malos.

¿De qué se sorprende Mato? ¿Qué pretende, que el PSOE deje pasar el “caso Gescartera”? ¿Prefiere que la oposición tampoco pueda hacer su trabajo? Se olvida Ana Mato que a todos los ciudadanos, sea cual sea el partido político que esté en el Gobierno, nos interesa que la oposición pueda ejercer su función de control al Ejecutivo. Y más, en el escándalo “Gescartera”, en el que el Gobierno ha estado muy remiso durante semanas para poner en marcha una comisión de investigación en el Congreso.

En este caso, el PSOE puede hacerlo bien o mal. Pero, y más con la experiencia de la época González, a todos los ciudadanos nos interesa que la corrupción no se vuelva a instalar a la sombra del poder. El “caso Gescartera” implica, al menos, una desidia del Gobierno. No hay que olvidar que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tenía el “chiringuito” en los alrededores de su Ministerio y no parece que se diera por enterado. En este sentido, no deja de sorprender y por tanto no se debe olvidar, la defensa inicial que desde el Gobierno se hizo de Giménez-Reyna. Un cierre de filas que tuvo como protagonistas a Rato, Montoro y Cabanillas.

En fin, que Ana Mato hace lo que puede en su siempre dura tarea de “político de guardia”, pero no estaría de más que, antes de hacer declaraciones, diseñe un poco mejor la estrategia. Aquí no se puede disparar con poca precisión. El escándalo “Gescartera” corresponde a este Gobierno del PP, les guste o no. Los socialistas ya tuvieron sus escándalos, que no fueron pocos, y por ellos están aún purgándose.

Por lo tanto, de lo que se trata es de aclarar la trama, de poner las cosas en su sitio y de reconocer los errores. El PSOE no supo reconocer los suyos y se fue a pique. El PP lleva camino de no saber reconocer las equivocaciones. Y ese es el principio del fin de un ciclo político. Todavía están a tiempo para la rectificación.

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