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Ignacio Villa

Zapatero huye de las víctimas

Cuando un político mantiene una política de cesión y de concesión a los terroristas no puede mirar a los ojos de las víctimas. Zapatero las ha abandonado; no habla de ellas, no las defiende y no las tiene en cuenta.

La actitud permanentemente esquiva de Rodríguez Zapatero hacía las víctimas del terrorismo es la señal inequívoca de lo que está haciendo el Gobierno por debajo de la mesa. Si el Ejecutivo no tuviera nada que ocultar no estaría manteniendo esta estrategia de arrumbar a las víctimas del terrorismo. Las víctimas molestan al presidente del Gobierno en esta dinámica de cesión con la banda terrorista ETA. Y por ello prefiere evitar el trato y el apoyo a las víctimas.

Es verdad que la ausencia de Zapatero del Congreso de Víctimas del Terrorismo es lo más llamativo; pero es que esa ausencia es el resultado de una larga trayectoria de olvido, de ninguneo y de bajeza hacia las víctimas. El presidente del Gobierno lleva mucho tiempo huyendo de las víctimas, rehuyendo sus sentimientos y su dolor. Y es que cuando un político mantiene una política de cesión y de concesión a los terroristas no puede mirar a los ojos de las víctimas. Zapatero las ha abandonado; no habla de ellas, no las defiende y no las tiene en cuenta. Un jefe de gobierno que actúa así está dando a entender que está siguiendo una exigencia del terrorismo para negociar con él.

Todo esto hace más duro escuchar al secretario de organización del PSOE, esperpéntico como nunca, salir a escena con las ayudas a las víctimas del terrorismo. Pepín Blanco ha repartido, por encargo de Zapatero, un dossier de las ayudas económicas del Gobierno a las víctimas como si fueran un logro de los socialistas. A Pepín, que parece no tener memoria, habrá que decirle que fue en la época del Gobierno de Aznar cuando las víctimas del terrorismo recuperaron su dignidad después de muchos años de aislamiento. Y que las ayudas económicas es lo mínimo con que se puede despachar cualquier gobierno que se precie de serlo.

Pero que no se equivoque, Pepín Blanco. No estamos hablando de dinero, estamos hablando de ese apoyo moral que cualquier gobierno tiene que dar al colectivo de víctimas del terrorismo. No valen las cuentas. Lo que se pide son gestos, solidaridad y ayuda; que el Ejecutivo sitúe a las víctimas en el lugar que les corresponde, con todo el reconocimiento y con toda la dignidad que se merecen como luchadoras que son por la democracia y la libertad.

Zapatero no quiere afrontar esta realidad; es algo que por mucho que se empeñe no puede ocultar. Zapatero no quiere a las víctimas. Obras son amores, y el presidente no defiende a las víctimas en público y tampoco las apoya. No ha estado en Valencia. Ha perdido una gran oportunidad de mostrar su solidaridad con todos aquellos que han sufrido la lacra del terrorismo. Por algo será.

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