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Ignacio Villa

Zapatero se come la despensa

Si Solbes habla de despensas vacías es porque tiene muy claro que el Gobierno Zapatero se ha tragado todo lo que el PP dejó en ella, gracias a la nefasta gestión de un presidente que nunca ha sabido ni querido defender los intereses de España.

Los últimos Presupuestos Generales del Estado de la legislatura de Zapatero son un claro ejemplo de lo que han sido estos cuatro años de Gobierno socialista. Una etapa en la que el Ejecutivo se ha hipotecado ante las exigencias nacionalistas, ha puesto patas arriba la estabilidad institucional, ha desmontado la estructura constitucional, ha iniciado un proceso de rendición ante el terrorismo y ha vivido descaradamente de las rentas de una saludable situación económica heredada del Gobierno del Partido Popular.

Rodríguez Zapatero ha puesto en peligro España y la libertad de los españoles. Ha jugado con fuego, gastando lo que no es suyo en regalos a los nacionalismos y ha arriesgado, por puro capricho, el futuro de la Nación. Han sido cuatro años peligrosos y convulsos como pocos. Esta situación no ha venido determinada por factores externos, sino que ha sido provocada por el Gobierno socialista como única estrategia de supervivencia tras llegar al poder de mala manera tres días después de los atentados del 11 de marzo.

Toda esa situación política sufrida por los españoles se ve inquietantemente confirmada en estos últimos presupuestos. Son, sin duda, unas cuentas en las que se reflejan las características del Gobierno y de su presidente. Rodríguez Zapatero entiende la política desde el sectarismo más atroz. Por eso dinamita la unidad de España en beneficio de aquellos a los que le interesa tener satisfechos y juega con la igualdad entre todos los españoles por motivos partidistas, pasando por encima del interés general. Es la frivolidad de alguien a quién solo le importa lo suyo. En definitiva, estamos ante unos presupuestos que son el fiel espejo de lo que Zapatero ha hecho con todos los españoles en estos últimos cuatro años.

Ha llegado tan lejos y ha sido tan irresponsable que ahora ya cualquier cosa que haga le parece de poca monta. Estos presupuestos no son para él nada más que el pasaporte que necesitaba para llegar con un cierto sosiego a las elecciones generales. Sus amigos nacionalistas están encantados, a costa de las autonomías gobernadas por el Partido Popular, lo que le permitirá llegar a esas elecciones sin prórrogas presupuestarias, que nunca son fáciles de defender.

La reciente pirueta dialéctica del vicepresidente Solbes, diciendo que cuando el PSOE llegó al poder en el 2004 la despensa estaba vacía y además se debía una compra, no sólo es una mentira, sino que es una manera inconsciente de criticar la política económica de su propio Gobierno. Si hay algo que nadie en su sano juicio ha puesto nunca en duda de los ocho años del Gobierno Aznar ha sido su política económica que, entre otras cosas, nos introdujo en el euro y permitió un largo periodo de crecimiento y prosperidad. Decir ahora, a seis meses de unas elecciones y con una crisis financiera a las puertas, que la gestión económica del PP fue mala es la confirmación definitiva de que el Gobierno está nervioso ante la que se les viene encima. Y es que si Solbes habla de despensas vacías es porque tiene muy claro que el Gobierno Zapatero se ha tragado todo lo que el PP dejó en ella, gracias a la nefasta gestión de un presidente que nunca ha sabido ni querido defender los intereses de España.

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