Hoy es 11 de septiembre, y TV3 debería insertar en su pantalla un contador de dinero como los que ponen esos maratones televisivos en los que se recauda fondos. Nos serviría para conocer lo que nos cuesta cada minuto de retransmisión, en directo, del primer acto de campaña de la lista de Artur Mas y Esquerra, que vamos a financiar entre todos los catalanes.
No en vano, el gobierno de Artur Mas y Esquerra ha mantenido durante la crisis seis canales de televisión públicos deficitarios y, además, son los más caros de toda España. Mientras tanto, se nos decía que no había dinero para Sanidad y se cerraban los quirófanos por la tarde. Mientras tanto, se nos decía que no había dinero para Educación y se incumplía con la gratuidad de los libros de texto. Todos los sentimientos son legítimos y respetables, pero lo que no podemos perdonar los catalanes es que se nos haya dicho que no había dinero para lo importante, para aquellas cosas que no tienen DNI ni color político, y sí lo había para dividirnos. Este 11-S es un ejemplo de ello.
Porque una vez más, una fiesta que debería ser de todos los catalanes se ha convertido en un acto de partido, en reflejo de la Cataluña de bandos a la que nos ha llevado 35 años de vieja política.
Romeva ha reconocido que la lista de Artur Mas y Esquerra no tiene más programa que sacar a Cataluña de Europa. Han presentado una octavilla con los 8 pasos para alcanzar la independencia. Como si para romper un país bastara un esquema menos desarrollado que un manual de montaje de una estantería del Ikea.
Los catalanes no nos merecemos un gobierno así. La lista de Artur Mas y Esquerra recuerda a aquellas viñetas hilarantes de 13 rue del percebe, como poner a Mas de número 4, tener a un candidato de paja sin programa de Gobierno, o llevar a los debates al sustituto del sustituto del sustituto, para decir que pretenden declarar unilateralmente la independencia con un 30% de los votos. Una lista fantasma que juega con cosas tan serias como sacar a los catalanes del euro, y dejarles sin pensiones.
Yo no voy a hablarles de este 11 de septiembre que busca enfrentarnos y dividirnos, que juega con el miedo y nos aleja de España y de Europa. Yo quiero hablarles de ilusión, de esperanza, porque el próximo 11 de septiembre gobernará Ciudadanos, y será el primero de una Cataluña para todos. Sin excepción. El primero en el que podremos salir en libertad a celebrar, todos juntos, un sentimiento compartido en el que no importará de dónde vengas, sino a dónde vamos juntos. Porque es mucho más lo que nos une a los catalanes que lo que nos separa, y lo vamos ademostrar en estas elecciones.
Todas las encuestas sitúan a C’s como la única alternativa frente al desafío separatista. La más reciente de ellas, el CIS, nos deja a un solo escaño de alcanzar un cambio que ya parece imparable. Los catalanes vamos a liderar la regeneración política que necesita España. Porque lo que Cataluña necesita no es cambiar de pasaporte, es cambiar de gobierno.