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Isaac Katz

Corrupción policial

Escena una noche en la ciudad de México el fin de semana pasado. Un par de amigos salen de una reunión y van a dejar a una amiga a su casa. Llegando a donde ella vive ellos, como tiene que ser, se estacionan para esperar que la amiga entre a su casa. Mientras están esperando, estacionados y con las luces intermitentes prendidas, se acerca una patrulla de la Secretaría de Protección y Vialidad. Los policías se bajan de la patrulla y se acercan al automóvil, a partir de cuando se da la siguiente conversación entre un policía (P) y uno de los amigos (A):

P: ¿Qué hacen aquí muchachos?
A: "Estamos esperando que nuestra amiga entre a su casa".
P: Pues su actitud es muy sospechosa. A ver sus papeles.
El amigo le da la licencia y la tarjeta de circulación.
P: ¡Ah! Es de las nuevas licencias, esas que son muy fáciles de falsificar, ¿no? Además el automóvil no es suyo, ¿de quién es?
A: "Es de mi amigo, pero no se sentía muy bien y me pidió que yo manejara".
P: Qué, ¿tomó mucho? Pues yo creo que aquí hay algo chueco y tendré que revisar su automóvil para ver si no tienen algún "regalito" escondido.
A: "No traemos nada y si lo revisa, yo quiero ver qué hace, no vaya a ser que usted ponga allí el 'regalito'".
P: Bueno joven, no es para tanto, pero ¿cómo nos arreglamos?
A: "¿Qué arreglamos?".
P: Pues ya sabe.
A: "No sé nada".
P: Pues algo para la cena.
A: "No traemos dinero".
P: Es que, joven, comprenda que la noche no ha sido muy buena.
A: "Ni modo, ya les dije que no traemos dinero".
P: Bueno joven, ahí pa' la próxima. Váyanse con cuidadito.

Uno de los jóvenes era mi hijo, con quien unos días antes había estado platicando de que yo nunca le he dado una "mordida" a un policía ya que en lugar de cumplir con su mandato, y bajo cualquier pretexto, sólo se dedican a extorsionar a la ciudadanía y que cuando por alguna razón he sido detenido mientras circulo, exijo la multa por la supuesta falta al reglamento, ante lo cual los policías automáticamente se retractan de la acusación.

Este tipo de evento que al parecer no es muy trascendente pero que se vive diariamente en nuestra capital, es solamente un ejemplo más de la ausencia del Estado de Derecho que impera en el Distrito Federal, en donde las autoridades no están cumpliendo con la principal función que les corresponde: garantizar y proteger los derechos de la ciudadanía. Y ejemplos abundan como son los casos en donde los policías e inspectores se dedican a extorsionar comerciantes establecidos y ambulantes o el de los policías que protegen a delincuentes.

© AIPE

Isaac Katz es investigador y catedrático en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

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