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Isabel Durán

Alta Comisionada para las víctimas

Debería sustituir a su Alto Comisionado al que no le quieren el 90 por ciento y nombrar a Irene Villa. No se me ocurre a nadie mejor para el cargo. De corazón.

Carece en absoluto de maldad y de retorcimiento político. No es catedrática, tampoco es magnífica protocolariamente hablando, ni ha sido madre de la Constitución. No hay pliegue en su corazón que albergue rencor. Es el ejemplo viviente del anhelo irresistible de vivir. Desborda alegría, sencillez y ganas de ayudar a los demás sin recibir nada a cambio. “Saber que se puede”, debería ser el libro de cabecera obligado de Patxi López, Odón Elorza, Jesús Eguiguren, Juan José Ibarretxe, Josu Jon Imaz, Juan María Atutxa, Nekane Bolado y sobre todo, de José Luis Rodríguez Zapatero. Su autora no es otra que Irene Villa.
 
Delegada de la AVT en Madrid, Villa ha alzado su voz y ha propuesto a Rosa Díez o a Gotzone Mora como reemplazo de Gregorio Peces Barba. Cualquiera de las dos tienen méritos más que suficientes y disponen de sobradas cualidades. Son mujeres bandera, luchadoras por la libertad. No entran en el lote de mujer progresista del socialismo plus, ni en la cuota monclovita de las Voguenus. El Alto Comisionado para las Víctimas es invento de designación directa y exclusiva del presidente del Gobierno nacido como propuesta efectista unilateral tras la comparecencia parlamentaria de Pilar Manjón.
 
El 11-M provocó un río de sangre. El mundo se hizo pedazos para millares de personas que viajaban en los trenes del Corredor del Henares, para sus familiares y amigos. Fue el zarpazo más salvaje, brutal e inhumano. Pero desgraciadamente para los españoles, los asesinos separatistas vascos llevan haciendo añicos la vida de millares de personas desde hace 46 años. Por ello, nada ha habido más indigno en la democracia que la operación de ZP destinada a dividir a las víctimas, a crear víctimas de primera y de segunda para deslegitimar a unas en detrimento de otras.
 
Si el presidente no estuviera felizmente dedicado a su propia supervivencia política desde el fotogobierno de la falsedad y la mentira y quisiera estar con las víctimas del terrorismo lo tendría muy fácil. Debería sustituir a su Alto Comisionado al que no le quieren el 90 por ciento y nombrar a Irene Villa. No se me ocurre a nadie mejor para el cargo. De corazón.

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