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Isabel Durán

El nuevo Aitor ante el rey de la selva

somos muchos quienes pensamos que: cuota de protagonismo más cuota de victimismo más plus de legitimidad es igual a nacionalismo. En el caso de Ibarretxe, nacionalterrorismo

Por fin el presunto lehendakari de todos los vascos va a tener lo que quería. Durante las próximas cuarenta y ocho horas no se hablará de otra cosa en los confines de España. Eso sí, precedido por la habitual tarjeta de visita de sus compañeros de viaje que han hecho saltar por los aires lo que han podido en un hotel de la costa levantina. Juan José Ibarretxe se plantará así el martes en la Carrera de San Jerónimo, sede de la soberanía nacional, cual salvador de los vascos y vascas tendiendo la mano a quienes, si no se pliegan a sus deseos, continuarán siendo objetivo de sus socios terroristas.
 
Los designios de Mari han querido que el nuevo Aitor del siglo XXI representante de la patria vasca del RH negativo tenga a bien confrontar su plan nacionalterrorista con el rey de la selva, según su propia definición, tras los múltiples visionados de Bambi con sus hijas. Es decir, con José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente que llama fundamentalista a quien sostenga que España es una nación. El máximo representante del Gobierno de la Nación de todos los españoles quizás a su pesar. En definitiva, es el fotopresidente, ZP, el que deberá afrontar un debate histérico, perdón, histórico. Que digo yo que para histérica, la extrema derecha.
 
Hablando de Rajoy, ese líder de los extremistas, colmado de razón y sin título de rey, una pena ante tan insignes compañeros de tribuna de oradores, será la voz de la cordura ante tanto dislate. Expresará ante el rey de la selva, ZP, que la alternativa a los nacionalterroristas no está en asumir el nacionalismo suficiente para captar un puñado de votos y subirse al coche oficial en Vitoria. Y dirá ante el nuevo prohombre de la patria vasca y los terroristas que le apoyan –gracias a los cuales el PNV se ha beneficiado de un cuarto de siglo de poder a costa de la sangre, el miedo y la extorsión de inocentes– que con su plan se lo coma.
 
Porque afortunadamente todavía vivimos en un Estado de Derecho con unas reglas de juego claras, a pesar del fiscal general del Estado que se niega a velar por la legalidad del mismo. Sin embargo, somos muchos quienes pensamos que: cuota de protagonismo más cuota de victimismo más plus de legitimidad es igual a nacionalismo. En el caso de Ibarretxe, nacionalterrorismo.
 
Por eso, tras la avalancha de propaganda victimista nacionalterrorista de las próximas horas secundada por las pistolas y por los socios de ZP, afortunadamente somos una gran mayoría  los que estamos hasta el gorro de las imposiciones de los intolerantes. Lo malo es que hay quien quiere sacar tajada electoral de ello. Por mi parte, si quieren la independencia que la tengan, y que les vayan dando. Eso sí, ni un euro más de nuestro esfuerzo y ni una pensión más pagada por los ciudadanos de Madrid, Baleares o Valencia.

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