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Isabel Durán

La historia se repite

Artur Mas no llega al Govern de Pujol por casualidad, llega por la corrupción. Su predecesor en el cargo, Jaime Romá, había tenido que dimitir tras la admisión a trámite de una querella presentada por cinco constructores

Cuando el President la armó en el pleno del Parlamento catalán acusando de corrupción a Convergencia i Unió, sabía lo que hacía. Pasqual Maragall se las tuvo tiesas, y en los tribunales, con el partido de Jordi Pujol. La historia se repite de forma inusitada. Veamos cuáles son los hechos.
 
A sus treinta y nueve años, el economista y hasta entonces concejal del Ayuntamiento de Barcelona se sienta en la poltrona de la Generalidad como consejero de Política Territorial y Medio Ambiente. Artur Mas no llega al Govern de Pujol por casualidad, llega por la corrupción. Su predecesor en el cargo, Jaime Romá, había tenido que dimitir tras la admisión a trámite de una querella presentada por cinco constructores en la que le acusaban de adjudicar en exclusiva a la sociedad Tradsa la construcción y reforma de hospitales y centros de salud cuando era el máximo responsable del instituto Catalán de Salud. A cambio Tradsa le construye una vivienda valorada en 90 millones de pesetas aunque sólo le cobran 14. Para que el escándalo no vaya a más y el partido no se vea en apuros, dimite en veinticuatro horas.
 
Ese sillón que ocupó el hoy delfín de Pujol, tiene todavía más fondo. El predecesor de Mas no era otro que Josep María Cullell, quien cavó su tumba política por más de lo mismo. Terció para que se construyera la clínica New Teknon, propiedad de la mujer de Javier de la Rosa, a pesar de que el Ayuntamiento de Barcelona tenía paralizadas las obras. ¿Y quién era el regidor del consistorio barcelonés? Pasqual Maragall.
 
La guerra por la licencia de obras entre el Ayuntamiento y la Generalidad acabó en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, el mismo que ahora debe actuar sobre la acusación del tres por ciento y le dio la razón al Ayuntamiento. Cullell tuvo que dimitir al conocerse las jugadas de recalificaciones urbanísticas con su cuñado y que salpicaron a otras cinco consejerías, entre ellas las de Maciá Alavedra, prohombre de Pujol.
El caso acabó en una comisión de investigación en elParlament. ¿Qué cómo concluyó? Con la exculpación delconsellerpor falta de pruebas. Curioso, ¿no?

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