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Isabel Durán

No eran tres palabras ZP

no bastan tres palabras, ZP, para legalizar al entramado proetarra. Batasuna y sus listas trampa han sido ilegalizadas por ser la ETA. Así de claro

El Tribunal Supremo ha anulado la lista de Aukera Guztiak para las elecciones autonómicas del 17 de abril en el País Vasco. Es una buena noticia para la democracia. La lista trampa de los batasunos-etarras contaba con el apoyo del tripartito vasco e incluso con el aval de algunos de sus más ilustres representantes como Javier Arzalluz, ex presidente del PNV. A partir de hoy, los vascos son un poco más libres, pero sólo un poco.
 
El más alto tribunal impide así que los terroristas se sigan mofando de las víctimas, continúen abusando impunemente del Estado de Derecho, mantengan el cobro las subvenciones públicas y puedan seguir parapetándose en la inmunidad parlamentaria con el apoyo del nacionalterrorismo gobernante. Se acabó el pastel. Ahora vendrán los bramidos antidemocráticos envueltos en el más puro victimismo nacionalista. Llevamos cuarenta y seis años de sangre y burla de la democracia.
 
A quienes el Tribunal Supremo había ya ilegalizado por ser lo mismo que la ETA y se encuentran todavía bunkerizados en el Parlamento vasco gracias al incumplimiento de la sentencia por parte de su presidente, Juan María Atutxa, se les acabó el chollo de verdad. No habrá más legislaturas trampa con los votos de la banda terrorista ETA. Por mucho que grite el tripartito de Juan José Ibarretxe, hoy están exultantes. Se saben vencedores de las elecciones gracias al inestimable apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero al asumir el entierro del Estatuto de Guernica con su plan nacionalista light.

El fiscal general del Estado ha recurrido la lista-trampa de ETA y el Tribunal Supremo le ha dado la razón. Si los proterroristas incumplieran la sentencia, ¿hará lo mismo Conde Pumpido que con la sentencia de ilegalización de Batasuna en el Parlamento Vasco? Es decir, ¿se lavará las manos sin plantear recurso? Si lo hace, malo, y si no, también porque no se puede acatar algunas sentencias del Supremo, según conveniencia política de los pactos del momento. Todas las sentencias del Supremo son de obligado cumplimiento. Porque, no bastan tres palabras, ZP, para legalizar al entramado proetarra. Batasuna y sus listas trampa han sido ilegalizadas por ser la ETA. Así de claro. Veremos qué hace ahora el Tribunal Constitucional y su presidenta, Maria Emilia Casas, tan favorable siempre a las tesis nacionalistas y abiertamente partidaria ella de quitar emotividad a la nación española. 

 

 

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