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Isabel Durán

Una partida al "mentiroso"

La principal característica del "mentiroso" tal y como lo juega Zapatero es que en esta fraudulenta partida sólo se tiran los dados dentro del cubilete. De esta manera se hurta a los españoles el conocimiento sobre las deudas contraídas.

Cinco dados y un cubilete son las piezas necesarias para iniciar la partida de uno de los juegos de mesa de mayor lucimiento para los trileros del póker. Tiene el recurso del farol y no requiere del jugador el sentido de la lógica en las jugadas. En la política española se juega la partida del "mentiroso" a gran escala. Y no se trata del tapete del reparto de poder en Cataluña, que también. Es el órdago del cambio de régimen en el que "se inició" Zapatero de "aprendiz" cuando se hizo con la secretaría general del PSOE gracias a los nueve votos obtenidos con las (malas) artes de Tamayo.

La partida propiamente dicha comenzó en Perpiñán y se han jugado ya varias manos. Entonces sacó la ETA. Zapatero recogió el cubilete. Instalado en La Moncloa se tiró el farol y le salió redondo. Jugó con la Esquerra Republicana ultraizquierdista e independentista que se tragó la trampa hasta que la sacó temporalmente del tapete. La principal característica del "mentiroso" tal y como lo juega Zapatero es que en esta fraudulenta partida sólo se tiran los dados dentro del cubilete. De esta manera se hurta a los españoles el conocimiento sobre las deudas contraídas.

"El mentiroso" es un juego por eliminación. En los próximos días se juega si la Esquerra y el PSC o CiU se quedan definitivamente fuera o no. De sobra está mencionar al contrincante a desbancar sin siquiera darle opción a participar en la defensa de la legalidad de las reglas del juego. Pero la estrategia del trilero monclovita no tiene en cuenta que no sólo entre tramposos anda el juego. El fulero no puede seguir obviando que su principal compañero de juegos es un grupo terrorista que no sólo no se arrepiente de serlo sino que se rearma e impone sus normas con 350 nuevas pistolas y 9.000 balas encima de la mesa.

La gran partida traspasa incluso las fronteras de la Nación española. Para los dictadores, los no alineados o los islamistas radicales "la puerta ancha de Europa" se llama Zapatero. Por desgracia y por increíble que parezca, entre El Jugador y El Idiota de Dostoievski, sólo median Zapatero y la ETA. La apuesta es demasiado fuerte.

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