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Jaime de Piniés

Riesgo país al alza

Flaco favor están haciendo a la causa aquellas comunidades autónomas controladas por el PSOE que han decidido la subida de su franja en el IRPF. Esto es un grave error macroeconómico.

¿Otra embestida a España?  El riesgo-país de España, medido a partir del diferencial del rendimiento del bono alemán a 10 años, llegó a superar los 220 puntos básicos y sólo descendió a los 200 tras el buen éxito de una modesta subasta de 3.900 millones de euros y los mensajes de apoyo desde Bruselas; incluido el visto bueno al paquete de medidas de ajuste para achicar el déficit en 15.000 millones de euros y el anuncio de que nuestro Gobierno se ponía manos a la obra para realizar una reforma del mercado de trabajo sin el consentimiento de los sindicatos o de la patronal. Todas estas medidas sirvieron para dar un cierto respiro a la maltrecha confianza en nuestro país.

No obstante, un riesgo país de 200 puntos básicos no es una buena noticia. Un cálculo rápido muestra que si ese diferencial fuera a mantenerse a ese nivel, el coste del servicio de la deuda pública de todas las Administraciones Públicas de España se encarecería en unos 11.600 millones de euros en relación a lo que tendría que pagar Alemania. En nuestro caso, lo comido por lo servido.

Para que los mercados vuelvan a confiar en España y para que el riesgo país entre en una fase descendiente, se tienen que dar dos condiciones: primero, que el déficit público español esté bajo control y con una clara tendencia a la baja; y, segundo, que el crecimiento de nuestro país sea lo suficiente para crear empleo neto.

En relación al primer punto, por mucho que se emperre la Administración General del Estado en recortar sueldos a los funcionarios y pensiones a los pensionistas, simplemente estas medidas por sí solas no son verosímiles para controlar al sector público español. Para lograr este objetivo, debe incluirse al otro 50% del total del presupuesto público de España, es decir las comunidades autónomas y las entidades locales.  

Por otro lado, la tasa de crecimiento potencial depende de reformas estructurales y en este capítulo la reforma del mercado de trabajo es muy importante. Veremos a lo largo de esta semana si la que propone el Gobierno del Sr. Rodriguez Zapatero servirá, o no, para estimular el crecimiento potencial de nuestra economía. Los primeros borradores apuntan en la buena dirección pero, de momento, se quedan cortos en varios aspectos: no se elimina la contratación temporal; el despido sigue siendo caro y el acceso al los fondos Fogasa para las empresas en dificultades crea un problema para todas las demás ya que el fondo es financiado por los mismos empresarios. Por otro lado, la negociación colectiva parece que seguirá más o menos intacta lo cual es negativo; y existen ciertas lagunas, tal y como es la falta de explicación sobre cómo se va a financiar el fondo de capitalización para que cada trabajador "porte su seguridad social" de una empresa a otra (el llamado modelo austriaco). Tendremos, pues, que esperar un par de días para ver en que devenga todo esto.

Sin embargo, aparte de la reforma del mercado de trabajo, hay un largo listado de reformas pendientes que todavía no se acometen en nuestro país. Por ejemplo, hace falta un plan energético que replantee positivamente el uso de la energía nuclear, que corrija el defectuoso diseño de las primas renovables (responsables en gran medida del actual déficit de tarifa de más de 20.000 millones de euros) y las nefastas ayudas al carbón nacional. Como tuvo ocasión de recordarnos en el último Foro Arrupe Dª Inés Gallego, directora de Calidad y Medio Ambiente de Iberdrola, la necesidad de un marco legal estable y predecible es también perentorio para que el sector energético funcione bien y provea de energía competitiva a las empresas españolas. En otras palabras, un plan energético que abarate la energía en nuestro país. 

La educación, la justicia y la unidad del mercado nacional son otras asignaturas pendientes. Podría pensarse que todo esto vendrá a su debido tiempo, sin embargo tengamos las cosas claras, estos son elementos que sí son parte activa para restaurar la confianza en nuestro país. Tanto para el ciudadano español como para la apreciación internacional.

Por último, y siguiendo la línea de restaurar nuestra credibilidad, flaco favor están haciendo a la causa aquellas comunidades autónomas controladas por el PSOE que han decidido la subida de su franja en el IRPF. Esto es un grave error macroeconómico. Sólo sirve para reducir el ahorro nacional y esto es, precisamente, lo último que nos conviene en un momento como el presente. España necesita ahorrar y medidas similares a la descrita son penosos errores de bulto.  

En resumen, y ojalá me equivoque, pero por desgracia sólo cabe pensar que el riesgo país de España seguirá empeorando en los próximos meses y las vertiginosas cifras sigan escalando.

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