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Javier Rubio Navarro

La buena prensa de Cortés

Poco después de que el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Miguel Ángel Cortés, diera por terminada la rueda de prensa de SEACEX, se inauguraba en Nápoles una exposición de la que también informa este jueves la prensa de Madrid. Para El País, la exposición forma parte de la “ofensiva cultural de Exteriores”; para El Mundo, “inicia una nueva etapa de actividades culturales de Exteriores”; para el ABC, “arranca la acción cultural de Exteriores”. Se van a enterar en el mundo mundial, que diría Alberto Míguez.

El acontecimiento tan destacada y coralmente reflejado es la muestra antológica del pintor Gerardo Rueda -“uno de los artistas españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX”-, organizada en Nápoles por Exteriores en colaboración con las autoridades locales. Aunque Rueda, fallecido en 1996, vivió la mayor parte de su vida en Madrid, también es considerado con frecuencia uno de los representantes más destacados de la estética de Cuenca, la ciudad. Como este concepto es difícil de explicar en Italia, el comisariado de la muestra ha sido encargado a la norteamericana Barbara Rose, una de las tratadistas norteamericanas más importantes de la segunda mitad del siglo XX, que ha acertado a desentrañar el clasicismo universal y las raíces italianas del arte de Rueda.

No hay noticia todavía del efecto que ha producido en Nápoles, y en toda Italia, tan importante exposición, pero forzoso es constatar la enorme repercusión que ha tenido en los periódicos madrileños. Hacía tiempo que una sección tan dada al sectarismo y al ninguneo no manifestaba tanta unanimidad y entusiasmo. Las bellas artes, de la mano de Exteriores, siembran la concordia allí donde las letras, de la mano de Cultura, sucumben al cainismo. La misma prensa que muerde la mano de Cuenca, come en la de Cortés.

Si Cultura hiciera como Serra en el Prado y encargara un informe a una consultoría para saber cuál es su problema, ésta le diría seguramente que lo es de comunicación. Es decir, que no elige bien a sus invitados.

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