Dice Ignacio Escolar que en el caso de Ana Julia Quezada, detenida por el asesinato del niño Gabriel, hay un "discurso de odio que está azuzado por tres motivos: porque, además de ser una presunta asesina, es una mujer, es una inmigrante y es negra".
Lógicamente, Escolar se ve obligado a expresar el dolor que le produce el asesinato del pequeño Gabriel. Le creo. Pero, como suele pasar, en las peores horas, las de más angustia, siempre hay alguien que viene a preguntarse por las razones del verdugo si eso justifica una ideología. Para ilustrar su tesis, el director de El Diario recurre a una selección de ladridos en Twitter contra la negra.
El verdadero problema de Ignacio Escolar, más allá de lo errado de su vocación, es su extremismo populista, el mismo que le llevó a vetar una entrevista sobre el 11-M a un izquierdista francés que no se tragó la bola. La presunta asesina, mujer, inmigrante y negra pudo haber sido presunto asesino, hombre, nacional y caucásico y todos le habrían llamado hijo de puta en las redes sociales a las que tanta importancia se concede cuando no se tiene otra cosa a mano. Pero para Escolar ese caso habría merecido una sopa de letras sobre el machismo recalcitrante del capitalismo salvaje heteropatriarcal… contra el asesino.
El odio en las redes, asqueroso siempre, está azuzado por un solo motivo: según parece, una mujer ha estrangulado a un chaval de ocho años al que conocía porque era la novia de su padre y ha llevado su cuerpo de pozo en pozo mientras lloraba por las esquinas y se abrazaba a los desconsolados familiares o proponía recompensa para el que diera pistas. Hasta colocó pistas falsas entre llanto y llanto. Nadie le diría esas cosas que escandalizan a Escolar a una mujer inmigrante negra y decente. O sí, pero será un racista y a ese le da igual Juana que su hermana. Yo, desde luego, si viene a vivir a España Ayaan Hirsi Ali, hago cola para rendirle honores. En las redes vive o vegeta casi todo el mundo, el normal y la chusma. A algunos les sirve.
Pero la inepcia conceptual de Escolar alcanza el clímax cuando explica por escrito sus valoraciones tertulianas que tanto revuelo le parece que han causado. Dice Escolar:
Estoy en contra de la cadena perpetua y a favor de los derechos humanos. Hasta los peores asesinos tienen derecho a un juicio justo y a la presunción de inocencia. Son mis valores y los defenderé cada día, aunque siga el linchamiento.
¿Acaso una condena a cadena perpetua –revisable, además– es el resultado de un juicio injusto sin presunción de inocencia y supone violación de los derechos humanos? ¿No estará confundiendo Escolar la Justicia europea con los Tribunales Revolucionarios? Esos son sus valores.