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Joan Valls

Kill Bill

Este 28 de mayo de 2008 fue el momento cumbre en el que la casta política, sin distinción de colores, dagas o chaquetas, de forma unánime, mostró la espalda a un periodista y lo nombró, así, profesional independiente.

Acabo de contemplar un sueño. El sueño que todos los periodistas habrán tenido alguna vez, incluso aquellos que trabajan para Janli. Era un sueño ajeno, hecho realidad. En la frialdad de un banquillo, un locutor de radio asistía a la mejor escenografía que jamás haya ofrecido España al prestigio de un comunicador. Los políticos de la oposición a la oposición, aquellos que, según amplios sectores frentepopulistas, apadrinan a Federico Jiménez Losantos, se mimetizaron con la mirada melancólica y escuálida de Ruiz y pronunciaron un "no me acuerdo". Todos salieron y la sala se quedó vacía.

El "no me acuerdo" pasará a la historia del periodismo español como el cum laude que certificó la independencia de un profesional. Dentro de algunos años, en las facultades de periodismo se estudiará lo acontecido este 28 de mayo de 2008. El momento cumbre en el que la casta política, sin distinción de colores, dagas o chaquetas, de forma unánime, mostró la espalda a un periodista y lo nombró, así, profesional independiente.

Da envidia poder recorrer las taifas con un certificado de independencia como ése. Todavía hay quien, no obstante, cree que FJL se olvidó de su máxima "yo no confío en los políticos y por eso soy liberal" y que se sintió traicionado, cuando, simplemente, se limitó a ir a recoger los mejores apoyos que le pueden brindar los políticos a un profesional de la comunicación: ninguno.

Este miércoles sucedieron muchas cosas en España. Y deberíamos empezar a potenciar análisis contextuales. Nos permitirían entender, entre otras cosas, porqué noticias como ésta florecen a la vera del cum laude de Losantos, justo a la misma hora.

Sí, han inmunizado a un periodista, pero son tan ineptos que todavía no lo saben. Cuando se den cuenta de lo que han hecho, irán directamente a por la COPE, a sangre y fuego.

En España

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