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Joan Valls

Todas las mañanas del mundo

Permita, don Mariano, que, mientras la verdad siga sin aflorar, la mañana del 11-M se convierta, también para usted, en todas las mañanas del mundo.

Es un atardecer más lento, con esas transiciones que trae la agonía de un invierno suave. Llevo un par de horas paseando, triste, asombrado todavía por la capacidad de buena parte de la sociedad española para asumir que, en campaña electoral, no se hable del 11-M. Y, de repente, descubro que, en los últimos cuatro años, he estado más cerca de las 192 personas asesinadas el 11 de marzo de 2004 que de mis propios familiares ya desaparecidos. Esa mañana de sangre premeditada se ha convertido ya, para este español, en todas las mañanas del mundo.

No pretendo inspirar las acciones de nadie con lo que voy a explicar; me basta con que las víctimas del terrorismo lean este artículo. Porque ellas son, con el ejemplo de su dignidad, su dolor y su búsqueda de la justicia, las que me han guiado en esta legislatura surgida de la manipulación y la ignorancia. Voy a votar al Partido Popular, pero me temo que será considerado voto nulo. A lo largo de este último año, he logrado que dos votantes desengañados del PSOE confíen su voto al PP, el único partido que va a gobernar para todos los españoles, por lo que mi voto nulo quedaría compensado. Voy a escribirle a Mariano Rajoy en la papeleta lo siguiente, con letra muy pequeña, para que quepa: "La verdad del 11-M es fundamental para que las 192 personas asesinadas y los miles de heridos puedan descansar en paz. La verdad del 11-M es imprescindible para que España recupere la dignidad perdida y pueda afrontar los retos del futuro con posibilidades de éxito. La verdad, y sólo la verdad del 11-M, replantará las semillas de una regeneración que José María Aznar no pudo culminar. No nos defraude; no se deje tentar por acuerdos; no permita la impunidad; no anteponga ningún interés, por grande que sea, a la vida de un ser humano, sagrada, única, hermosa, porque, si lo hiciera, su mirada quedaría manchada para siempre."

Si es usted quien abre mi sobre, tenga el detalle de leer el mensaje de la papeleta en voz alta antes de computarla como voto nulo. No aparecerá en las cifras de votos al Partido Popular, pero es una voz tan valiosa como otra cualquiera. Tome una fotografía de la papeleta con su teléfono móvil y hágasela llegar a Mariano Rajoy. Y, si el líder popular se convierte en el próximo presidente del Gobierno, que no olvide las lágrimas de miles de españoles.

Permita, don Mariano, que, mientras la verdad siga sin aflorar, la mañana del 11-M se convierta, también para usted, en todas las mañanas del mundo.

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