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John Stossel

Otro estudio fraudulento sobre la sanidad de EEUU

Los americanos asegurados tienen acceso inmediato a procedimientos punteros practicados por algunos de los médicos mejor formados.

En mayo, el Commonwealth Fund difundía su última comparativa del sistema médico americano con los sistemas de otras cinco naciones ricas: Australia, Canadá, Alemania, Nueva Zelanda y Gran Bretaña. Como era de esperar, el estudio empieza: "A pesar de tener el sistema sanitario más caro del mundo, Estados Unidos necesita mejorar constantemente”.

Me puse inmediatamente en guardia, considerando el manipulado estudio de la Organización Mundial de la Salud hace 7 años (escribí sobre ello la semana pasada). Mis suspicacias estaban justificadas. Resulta que el nuevo estudio es casi tan parcial como el de la Organización Mundial de la Salud. Los autores escriben, "Los Estados Unidos son el único país del estudio sin cobertura médica universal, lo que explica en parte sus pobres calificaciones en materia de acceso, igualdad y salud”. Ya veo. América "necesita mejorar" porque no tenemos el suficiente intervencionismo gubernamental.

Pero mientras que Estados Unidos pierde puntos por no tener seguro médico nacional, los autores añaden, "Si están asegurados, los pacientes en Estados Unidos tienen un rápido acceso a los servicios médicos especializados”. Eso es una subestimación. Los americanos asegurados tienen acceso inmediato a procedimientos punteros practicados por algunos de los médicos mejor formados. Es el motivo de que nuestros resultados en enfermedades tales como el cáncer de próstata o de pecho sean mejores con diferencia que los de los sistemas socializados de Canadá o Gran Bretaña. El Commonwealth Fund no menciona eso.

Los Estados Unidos son el centro de la innovación médica del mundo. Cuando los internistas evaluaron las 10 innovaciones médicas principales del mundo, 8 se desarrollaron gracias a innovaciones americanas. El Commonwealth Fund obvia todo eso y se centra casi en exclusiva en los problemas de nuestra población sin seguro.

Como he observado previamente, el problema de los 45 millones sin asegurar está exagerado. Las estadísticas representan una muestra, y muchas personas sin asegurar vuelven a estar aseguradas en menos de un año. Las mismas personas no están sin seguro año sí y año también. El estudio del Commonwealth Fund divide "la calidad" en cuidado adecuado (eficaz), atención segura, atención coordinada y atención centrada en el paciente. Los Estados Unidos aparecen quintos o sextos en los últimos tres.

¿Pero dónde se coloca Estados Unidos en "cuidado adecuado"? En primer lugar. El “cuidado adecuado" es la consideración más importante porque incluye cosas como la frecuencia con la que las mujeres se hacen mamografías y si los diabéticos reciben el tratamiento apropiado o no.

El Commonwealth Fund colocaba Estados Unidos en el último lugar en "igualdad": "Los americanos con ingresos por debajo de la media eran mucho más dados que sus homólogos de otros países a informar de no visitar a un médico cuando están enfermos, no realizar un examen recomendado, tratamiento o cuidado posterior... a causa de los costes”. ¿Pero cuánto de esto es debido al incremento de los costes de la atención y el seguro por parte del gobierno a través de legislaciones, un código fiscal que anima a la dependencia de seguros caros y procesos burocráticos?

El estudio del Commonwealth Fund tiene otros problemas. Se basó en entrevistas telefónicas con pacientes y doctores. De modo que evalúa a las naciones según la percepción de la gente sin hacer constar sus expectativas. Pero los pacientes que residen en un país con largas listas de espera e ineficacia burocrática pueden tener expectativas bajas. Más ridículo es el modo arbitrario en que el Commonwealth Fund da importancia a cada una de sus medidas. La proporción de pacientes que afirma haberse infectado en un hospital cuenta más o menos lo mismo en la medida de "calidad" que la proporción de médicos que utilizan sistemas informáticos automatizados para recordar informar a los pacientes de sus resultados médicos. Esas cosas no son iguales en mi pueblo.

Los autores del estudio también consideran peor tener elevados gastos administrativos y gastar el porcentaje mayor del PIB en atención médica que tener el porcentaje mayor de pacientes que esperan durante meses o más para una operación. Esto parece diseñado para crear mala imagen norteamericana.

Finalmente, el estudio penaliza a las naciones por tener grandes cifras de pacientes que gastan más de 1000 dólares en atención médica de su bolsillo, como si el pago a terceros fuera superior en algún sentido.

Michael Cannon, el director de estudios de política sanitaria del Cato Institute, resumía lo que está mal en el estudio: "El informe no hace nada más que revelar qué nación hace el peor trabajo a la hora de satisfacer las preferencias subjetivas de la gente que llevó a cabo este estudio”. Los entusiastas del sistema canadiense deberían observar que Canadá aparecía en quinto lugar de los seis y que salía peor parado que Estados Unidos en muchas medidas.

¿Estás escuchando, Michael Moore?

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