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Jorge Campos

La oportunidad de Bauzá

Nos preocupa que el partido con mayor respaldo social de Baleares pueda engañar de nuevo a una ciudadanía harta de políticos irresponsables que sólo buscan el interés particular y de partido por encima del general.

Las dos grandes cuestiones que han pasado factura al PP balear en la pasada legislatura fueron: el catalanismo liberticida y la corrupción. Evidentemente, el Círculo Balear hizo lo que se esperaba de una entidad independiente: denunciar los casos de corrupción y las causas por las que los padres no podían, al igual que ahora, elegir libremente la lengua que querían para la educación de sus hijos, así como la progresiva catalanización de las manifestaciones culturales y lingüísticas de Baleares, proponiendo soluciones. El resultado, por todos es conocido: el PP perdió el Gobierno de las principales instituciones de nuestras islas.

En la actualidad, José Ramón Bauzá no ha aprovechado, por el momento, la oportunidad que tenía para emprender la necesaria renovación del PP balear, reforzado y legitimado por la mayoría de sus militantes tras la celebración de un Congreso abierto.

Incluir en la dirección de un partido herido por su catalanismo y su corrupción a los artífices de ambas lacras es una arriesgada apuesta que ya está empezando a dar sus resultados: detenciones, bajas forzadas, nuevas imputaciones, ambigüedades en el tema lingüístico, posibles pactos con el nacionalismo corrupto, etc. Bauzá podría haber evitado estas situaciones.

Ha sido un error mayúsculo incluir en una multitudinaria directiva a los "barones" súper amortizados de siempre. Que la cúpula del PP siga en manos de personajes como Jaume Font, Pere Rotger o Francesc Fiol, entre otros, puede suponer la vuelta al pasado. Un pasado muy negro para el PP balear conociendo la trayectoria de estos políticos profesionales.

Los ciudadanos que comparten la ideología del Partido Popular, la mayoritaria en Baleares por ser un partido nacional, centrista y moderado, me transmiten su indignación cuando comprueban que "su" partido continúa dirigido por personajes contrarios, paradójicamente, a esta ideología. Como Pere Rotger, artífice de la introducción del dominio independentista .cat en Baleares, y que recientemente ha protagonizado, probablemente, uno de los hechos más escandalosos de sumisión a las minorías nacionalistas, votando junto al BLOC-PSM a favor de las "consultas populares". Un PP con mayoría absoluta en connivencia con los que desean acabar con nuestro sistema democrático mediante consultas independentistas. No es de extrañar que el PP de Inca incluya en sus filas a fervientes nacionalistas como el nefasto Cristòfol Soler "el breve".

Los militantes y simpatizantes populares tampoco entienden cómo puede marcar la pauta política parlamentaria, y dictar doctrina educativa, el responsable de la actual imposición del catalán en la educación, Francesc Fiol. Por cierto, todos ellos proclives a pactos con la corrupta Unió Mallorquina que ahora preside el catalanista radical, Josep Melià. Digo yo que por afinidad ideológica o porque llegaron tarde al reparto de cargos en UM.

Es evidente que tras la manifestación del pasado año convocada por el Círculo Balear, los políticos que quieran gobernar las próximas legislaturas deberán tener en cuenta aquel histórico e impecable ejercicio cívico y democrático en el que 20.000 ciudadanos dijeron basta a la actual situación. Una protesta contra la aplicación de políticas lingüísticas excluyentes que corroen la única garantía de futuro a la actual crisis económica, estructural y de valores: la educación. Invertir en educación es invertir en futuro. Exigimos un futuro en libertad frente a la imposición catalanista, y triunfamos. Un triunfo de la sociedad balear que está destinado a repetirse antes de las próximas elecciones autonómicas.

Un porcentaje muy elevado de los miles de seguidores del Círculo Balear son votantes del Partido Popular. Miles de votos que deciden la mayoría para gobernar. José Ramón Bauzá lo sabe. Y aún puede realizar los cambios oportunos que recuperen la credibilidad perdida a causa de personas como las anteriormente citadas.

Al Círculo Balear, y a mí mismo, nos da igual quién pueda alcanzar el poder. Nos tendrá a su lado si acaba con todo el entramado putrefacto que ahoga nuestra democracia, nuestra unidad y nuestro bolsillo. Pero nos preocupa que el partido con mayor respaldo social de Baleares pueda engañar de nuevo a una ciudadanía harta de políticos irresponsables que sólo buscan el interés particular y de partido por encima del general, creando problemas y dificultades a unos ciudadanos que ya sufrimos las consecuencias de su ineficacia.

Sacrificados ciudadanos: no les quepa la menor duda de que el Círculo Balear está atento a todo ello.

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