L. D. / EP.- A lo largo del pasado año la población reclusa española creció en 1.355 internos (un 3,4 por ciento), situándose en la última semana del mes de noviembre en 39.674, según informaron a Europa Press en fuentes penitenciarias. El 22 por ciento de la población reclusa española se encuentra en estado preventivo mientras que el 78 por ciento restante es penada. De ellos, el 91,7 por ciento son hombres y el 8,3 mujeres.
Las cárceles españolas vieron como aumentaban sus ocupantes de forma ascendente durante la primera mitad de la década de los noventa. Si al término del año 1990, la población media de reclusos en España era de 28.358, en 1.994 ascendía a 40.497, con un avance significativo en el periodo que fue del 31 de diciembre de 1990 al mismo día del año siguiente, espacio de tiempo en el que la población media creció en más de 4.000 internos y se situó en 32.399, siempre sin contar a los reclusos que se encuentran internados en Cataluña.
A partir de 1994 la trayectoria se tornó descendente a pesar de que la diferencia entre los internos que había entre el último día de 1994 y el de 1995 fue escasamente superior a los mil reclusos (40.497 en 1994 y 38.612 en 1995). Si entre 1990 y 1991 se dio el mayor incremento en la ocupación carcelaria, entre 1995 y 1996 se dio el mayor descenso. De 38.612 reclusos con el que se cerró 1.995 se pasó a los 35.898 con que se cerró 1996. Fue la última rebaja en el número de internos. Hasta que finalizase 2000 la cifra no hizo más que aumentar progresivamente –excepto entre 1998 y 1999 que descendió en 458 internos– alcanzando los 39.013 reclusos que se encontraban en prisión la pasada Nochevieja.
Después de que entre 1996 y 1997 –siempre manejando cifras de a 31 de diciembre de cada uno de los años– el número de presos aumentase en 894 (de 35.898 a 36.792), y de que se produjese el pequeño descenso ya citado de 458 internos entre 1998 y 1999, el último año de la década hizo crecer el número de reclusos hasta los 39.013.
Las cárceles españolas vieron como aumentaban sus ocupantes de forma ascendente durante la primera mitad de la década de los noventa. Si al término del año 1990, la población media de reclusos en España era de 28.358, en 1.994 ascendía a 40.497, con un avance significativo en el periodo que fue del 31 de diciembre de 1990 al mismo día del año siguiente, espacio de tiempo en el que la población media creció en más de 4.000 internos y se situó en 32.399, siempre sin contar a los reclusos que se encuentran internados en Cataluña.
A partir de 1994 la trayectoria se tornó descendente a pesar de que la diferencia entre los internos que había entre el último día de 1994 y el de 1995 fue escasamente superior a los mil reclusos (40.497 en 1994 y 38.612 en 1995). Si entre 1990 y 1991 se dio el mayor incremento en la ocupación carcelaria, entre 1995 y 1996 se dio el mayor descenso. De 38.612 reclusos con el que se cerró 1.995 se pasó a los 35.898 con que se cerró 1996. Fue la última rebaja en el número de internos. Hasta que finalizase 2000 la cifra no hizo más que aumentar progresivamente –excepto entre 1998 y 1999 que descendió en 458 internos– alcanzando los 39.013 reclusos que se encontraban en prisión la pasada Nochevieja.
Después de que entre 1996 y 1997 –siempre manejando cifras de a 31 de diciembre de cada uno de los años– el número de presos aumentase en 894 (de 35.898 a 36.792), y de que se produjese el pequeño descenso ya citado de 458 internos entre 1998 y 1999, el último año de la década hizo crecer el número de reclusos hasta los 39.013.