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Jorge Valín

El activo tóxico de España es el Gobierno

Como dice la moraleja de la fábula del escorpión y la rana: "no te engañes a ti mismo ni a nadie. Uno siempre es lo que es, a pesar de las circunstancias". Vaya el país bien o mal, Zapatero sólo sabe hacer una cosa: derrochar el dinero del ciudadano.

ZP vuelve a las suyas

Los activos tóxicos de España: el Gobierno

Tras unos meses de relativa tranquilidad para España, Zapatero ha vuelto a hacer de las suyas. Ha anunciado más gasto público. Después de la noticia, el ministro de Fomento, José Blanco, afirma ahora que se pasaron de frenada en el tema de la contención del gasto. La ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dice que ni se notará en el déficit. Mientras, la vicepresidenta del Gobierno está desaparecida; que dure.

Tras la noticia, el martes, la bolsa se desmoronó y el spread de deuda española subió otra vez a los niveles anteriores a la publicación de los test de estrés. Al día siguiente, miércoles, las bolsas de medio mundo caían y aquí el Ibex se despeñaba con especial fuerza por las circunstancias mundiales y la decisión de Zapatero que asustó a los inversores internacionales. Y van no sé cuantas ya.

El Gobierno y sus acólitos no paran de culpar a especuladores, inversores y empresarios irresponsables del caos económico que vivimos en España. Mientras el resto del mundo se está recuperando, aquí cierran 40.000 autónomos al mes, casi 800.000 en lo que va de año. En este semestre más de 10.000 empresas se han volatilizado. Nuestro país es la única economía de la zona euro que no recobra la confianza de las empresas ni de los consumidores. La cancioncita que la culpa es de los mercados y el mundo en general empieza a chirriar. Este Gobierno ya no tiene crédito para su ciudadano, ni para los inversores, ni para el resto de potencias mundiales.

El mayor activo tóxico del país y casi de Europa es el Gobierno socialista. Por culpa de Zapatero y sus camaradas, la UE y Estados Unidos volverán a llamar la atención a España. Acabarán interviniendo el país, lo que en realidad es como un golpe de estado económico. Entonces sí que vamos a sufrir. Ya nos lo ha advertido el economista Juan Velarde: el corralito en España está "a la vuelta de la esquina".

Fíjese que el líder de nuestro país es como Luis XVI. Mientras Francia estaba sumergida en la miseria, éste se dedicaba a dar banquetes, hacer fiestas o hacía de mecenas manteniendo a una corte de vagos. Aquí hay un 20% de desempleados, el crecimiento del PIB se reduce a unas décimas y el Gobierno se dedica a rebajar el sueldo de funcionarios a la vez que aumenta el número de empleados públicos para que vivan de nuestras rentas. Subvenciona coches eléctricos gastándose 590 millones de euros para sólo vender 16. Zapatero regala casi 16 millones de euros a los cortesanos sindicales, sigue con su Alianza de Civilizaciones, alarga el "Plan E" con 100 millones de euros más, destina 845.000 euros para "investigaciones feministas" y en fin, para qué seguir.

A Zapatero se le puede aplicar perfectamente la fábula del escorpión y la rana. El escorpión siempre matará a la rana porque es su naturaleza. Como dice la moraleja de la fábula: "no te engañes a ti mismo ni a nadie. Uno siempre es lo que es, a pesar de las circunstancias". Da igual que el país vaya bien o mal, Zapatero sólo sabe hacer una cosa: gastar a espuertas el dinero del ciudadano en cosas que no son más que retos personales y compra de votos. Este país no es para él más que un recreo personal que le pagamos todos. El mayor problema de España es Zapatero. El Gobierno es el mayor y peor activo tóxico que tenemos.

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