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Jorge Valín

En busca de los billetes perdidos

La gran afluencia de billetes de 500 euros hacia España no se debe al terrorismo sino a la economía sumergida más común e inocua.

En España circulan 101 millones de billetes de 500 euros, lo que supone un 62% más que en el 2002, año de la implementación de la moneda única europea. Es una cifra, además, que no para de crecer. Ante este fuerte aumento las fuerzas recaudatorias del Estado han visto su oportunidad para lanzar otra vez su campaña de la "lucha contra el fraude" fiscal, esto es, hacer su agosto a expensas de la economía privada.

En todos los medios de comunicación nos dicen que la guerra contra los billetes es para combatir el terrorismo y actividades criminales. Es el truco que nunca falla, el gobierno instaura el miedo para poder beneficiarse a expensas de la sociedad civil. Los terroristas internacionales y grandes criminales pueden encontrar un sinfín de fórmulas para blanquear su dinero en la sociedad globalizada de hoy día. Tal vez esta fórmula del gobierno pudiera haber servido en la época de Al Capone, pero ahora resulta altamente ineficiente. Para luchar contra el crimen, existen medidas mucho más efectivas. Esto nos sugiere que la Hacienda Pública tiene en realidad otro objetivo.

La gran afluencia de billetes de 500 euros hacia España no se debe al terrorismo sino a la economía sumergida más común e inocua. En nuestro país, más del 20% del PIB es ajeno al control estatal moviéndose el capital entre autónomos, comerciantes, empresarios y gente trabajadora que no quiere ver expropiado su trabajo por el falso eslogan del bien común.

La lucha del gobierno contra el blanqueo de capitales es una faceta más de la eterna lucha del poder político contra la gente. En esta campaña de acoso, el gobierno socialista también ha involucrado a la banca privada obligándoles a que trabajen para ellos. La última misiva del Sepblac (Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales) ha advertido a las entidades crediticias la obligación de fiscalizar a sus clientes, especialmente a los que están en lo que denominan "zonas calientes", es decir, el sur y la costa de España. Pero estas regiones no se caracterizan por la afluencia de terroristas, sino de turistas y residentes (muchos jubilados) de alto nivel adquisitivo. La propia nota del Sepblac se delata. El único interés del gobierno es la recaudación y su falsa excusa la seguridad y el bien común.

Como ya apuntó el economista Ludwig von Mises, cuando a una empresa se la somete a controles, reglas y leyes para que obedezcan al estado lo único que conseguiremos es que ésta pierda su visión comercial para dedicar sus recursos a la burocracia en lugar de destinarlos a la satisfacción del consumidor. Con este tipo de estado policial financiero lo único que conseguiremos es expulsar la riqueza de nuestro país entorpeciendo además la labor comercial de las empresas privadas.

Los billetes de 500 euros no son la causa del malestar económico, sino sólo un síntoma. La solución no pasa por endurecer y vigilar más a cada ciudadano, sino en otorgar mayor libertad económica para sacar a flote ese 20% del PIB español que vive escondido por el miedo a la expoliación.

En Libre Mercado

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