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Jorge Vilches

Zapatero histórico

La ideología residual que hoy se considera que compone el cuerpo doctrinal del PSOE, y de la izquierda común, está compuesto casi en exclusiva por tópicos sociológicos, económicos, culturales e históricos.

Durante décadas se oyó en España que la izquierda nunca había llegado al poder en una situación de bonanza económica, sino después de mucho sufrimiento económico y social. Podían escucharse cosas como que la corrupción de los socialistas no era criticable porque la derecha "ya había robado mucho durante toda la historia". Incluso el ex presidente Felipe González llegó a justificar el monopolio político del PSOE por los "500 años de gobierno de la derecha".

En definitiva, y con el fondo de los "Cien años de honradez", se decía que si los socialistas gobernaran un país rico, con una economía al nivel de "Europa" –¡Cuánto complejo!–, podría verse el mejor Gobierno de la historia de España. Ese Gobierno que sería capaz de subir el nivel de renta de los trabajadores, que asegurara sus derechos laborales, que alcanzaría el pleno empleo –ahí están los carteles electorales–, mientras el nivel cultural y educativo llegaría a cotas nunca superadas; en un ambiente moral solidario, tolerante, progresista, en el que el ciudadano se sentiría verdaderamente participe en la vida política. Bien; pues esa situación boyante llegó, y el electorado le entregó el poder al PSOE en 2004. Hoy, cinco años después, nos hallamos ante el peor Gobierno desde 1978.

Zapatero ha conseguido romper uno de los latiguillos más usados y transitados por la izquierda. Ya no se podrá volver a argumentar que los errores de los socialistas en el Gobierno se deben a que no tuvieron recursos económicos o políticos suficientes como para llevar su política adelante. Salvo los socialistas doctrinarios, los de catón y colmillo, no creo que haya muchos capaces de sostener que el Gobierno de Zapatero por sí solo, sin mirar al PP de Rajoy, es el equipo deseable para resolver alguno de los elementos de la crisis que padecemos. Es más, resulta difícil encontrar a uno que sostenga que Zapatero haya aprovechado el legado económico de los años de Gobierno de Aznar, y corregido sus defectos.

La política en general se mueve entre tópicos y eslóganes, especialmente los partidos de la izquierda. Tanto es así, que la ideología residual que hoy se considera que compone el cuerpo doctrinal del PSOE, y de la izquierda común, está compuesto casi en exclusiva por tópicos sociológicos, económicos, culturales e históricos. ¿Por qué? No sólo por el bajo nivel de los políticos, sino porque es lo que llega al votante corriente, que es lo que les interesa. Tener éxito en la denuncia de tales tópicos es difícil, pero alguno cae. Uno de esos clichés derribados, destruido por la misma izquierda, es el del buen Gobierno socialista cuando le llegara la opípara situación económica. Zapatero, el auténtico ministro de Economía, tomó el país en una situación económica buena, y lo está dejando mucho peor de lo que estaba. Nunca se le presentó a nadie en la historia de España un Gobierno tan fácil, ni nadie lo desperdició tan pronto ni de forma tan ostensible. Histórico, Zapatero.

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