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Jorge Vilches

Zapatero para veinte años

El atentado no altera nada. Comprobaremos que no resucita el Pacto Antiterrorista, que todos los partidos menos el PP harán una declaración por "la paz", y que cerca de las elecciones de mayo de 2007 se reanudarán públicamente las negociaciones.

"Si nos sale, tenemos Zapatero para 20 años". Y los estrategas se pusieron a pensar en el resultado electoral si conseguían "la paz". Un auténtico rodillo de votos aplastaría a un PP aún traumatizado por los sucesos del 11 al 14-M, a un partido estigmatizado como tardofranquista, belicista y despreciable para el nuevo régimen. Pero la negociación –"larga, dura y difícil" (con qué facilidad hacen eslóganes que no sirven para nada)– precisaba de una escenificación; es decir, socialistas y etarras debían aparentar dureza para mantener prietas las filas, evitar la publicidad de las críticas externas y avanzar en "el proceso" sin coste en sus parroquias.

Porque las cesiones del Gobierno a ETA han existido. Enumerémoslas: aceptación del PCTV, disolución del Pacto Antiterrorista, insultos y desprecio a la AVT, desatención de fundaciones como la Gregorio Ordóñez, negación de la extorsión, no considerar violencia los más de 250 atentados de kale borroka, reducción de efectivos policiales en el País Vasco, disminución (o evitación) de las detenciones, negación de la importancia del zulo descubierto y del robo de pistolas, toma de Batasuna como un interlocutor legal, permisividad y recomendaciones del Fiscal General del Estado, y llamar "hombres de paz" a Otegi y De Juana Chaos.

Por el otro lado, el mundo etarra ha puesto sobre la mesa lo único que puede poner: la violencia. Una violencia que ya se manifestaba con la kale borroka y la extorsión, pero que debía ir más allá para no dar una imagen de debilidad en el proceso.

Desde el verano se baraja la posibilidad de un atentado espectacular, pero sin muertos. Un atentado limitado, con daños materiales, en algún lugar señero de la España que progresa, y si es donde gobierna el PP, mejor que mejor, como la T4 del aeropuerto de Barajas. La manifestación de fuerza se preveía para cuando hubiera expirado el plazo; esto es, a partir del 22 de diciembre. Eligieron el día siguiente al discurso del Presidente, un Zapatero que dijo aquello de "trágicos accidentes mortales". Porque si había una muerte en un atentado debía entenderse como un accidente.

Con el pie cambiado tras el golpe del 30-D, con dos muertes, ZP siguió de vacaciones en Doñana. No por molicie, sino por un cálculo equivocado: restar importancia al hecho. Porque el atentado es parte del lenguaje de ETA en el proceso, y por eso no lo rompe. Esto explica que Zapatero dijera que la negociación quedaba en "suspenso", y que ni en su visita a la T4 haya hablado de ruptura. Lo mismo han manifestado los interlocutores de ETA-Batasuna (en la que no hay división): el proceso no está roto, sino que es más necesario que nunca.

El atentado no altera nada. Comprobaremos que no resucita el Pacto Antiterrorista, que todos los partidos menos el PP harán una declaración por "la paz", y que cerca de las elecciones de mayo de 2007 se reanudarán públicamente las negociaciones. Porque las urnas lo marcan todo.

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