Alfredo Di Stéfano cambió la historia del fútbol, sobre todo la del Real Madrid. Aportó mucho, venía de América con unas condiciones tremendas y trajo un estilo de juego diferente. Fue un jugador de calidad y esfuerzo, un líder dentro y fuera del terreno de juego. Un ganador nato. Y todas esas virtudes las aportó a un equipo que, a partir de ese momento, se convirtió en el mejor.
Toda la gente que le vio jugar habla de unas condiciones nuevas y excepcionales. Señalan que fue un hombre que aportó algo que no se veía en Europa, fue el primer delantero distinto, que no solo era rematador. Hoy en día, nuestro fútbol está impregnado de eso y es difícil entender el enorme cambio que supuso su llegada a la Liga.
Ahora es complicado percibir ese cambio que acusó la llegada de Di Stéfano para hacer del Real Madrid el mejor equipo. Era el futbolista total, defendía, atacaba, metía goles y luchaba hasta el final. Fue un jugador que cambió el juego por completo, se desenvolvía por todo el campo y estaba en cada momento en el lugar del campo en el que se le necesitaba.