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José Antonio Martínez-Abarca

La pesadilla de Soraya

Los políticos españoles contemplan con desprecio y escaso miedo lo que ha ocurrido en la Cámara de Representantes usanita. El individualismo de estos vaqueros puede sentar un peligrosísimo precedente en todas las democracias avanzadas

Los políticos españoles están desde hace dos días indignados, y con razón. Los congresistas de los Estados Unidos de América (que aclaro que son los de Río Grande para arriba, no los mexicanos, porque México también es Estados Unidos, y además Norteamérica) se han saltado la disciplina de voto, que impera en democracias avanzadas como la española, y han tumbado el plan de rescate financiero de Bush que tanto gusta a los menos amantes de la libertad. Pero, ¿no habíamos quedado en que los Congresos y los Senados estaban para votar unánimemente que sí cuando toca que sí y para votar que no cuando toca que no? ¿Qué es esto de que los del partido de Bush resulte que no sean todos amiguetes de Bush, o al menos no tan amiguetes como para preferirlo a la opinión de los electores y a los principios fundacionales del país? ¡El desorden, el libertinaje, la disolvencia! Ya se lo decía Franco al profesor Barea. Cuando el Caudillo se despertaba de su siesta, tras haberle elogiado Barea las libertades económicas USA, contestaba: "no se fíe usted mucho de los americanos".

Ahí es nada lo que ha ocurrido: la mayoría de políticos profesionales del Partido Republicano votando contra la mayor iniciativa de ese mismo Partido Republicano durante el segundo mandato de Bush, acompañados al monte por algunas decenas de demócratas librepensadores. La pesadilla perfecta para Soraya Sáenz de Santamaría. Los políticos españoles contemplan con desprecio y escaso miedo lo que ha ocurrido en la Cámara de Representantes usanita. El individualismo de estos vaqueros puede sentar un peligrosísimo precedente en todas las democracias avanzadas. Que los políticos o, mucho peor, los ciudadanos, se crean esto de la soberanía popular y empiecen a pedir el votar en las cámaras siguiendo el mandato electoral de los que han depositado la papeleta en lugar de las órdenes del jefe que los ha metido en la lista cerrada.

Eso sería un problema gordísimo para el consenso y ladescrispaciónen España (en la que progresamos adecuadamente). "Peperos" apretando el botón en contra de la imposición de sanciones administrativas a la COPE, socialistas con carné dando luz verde a que los escolares españoles puedan estudiar en su idioma en todas las partes del territorio nacional. Un escándalo. Incluso se corre el peligro de que algunos acaben reivindicando el votar en conciencia. Grotesco.

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