Menú
José Antonio Martínez-Abarca

Las "nanocifras" del paro

Las previsiones optimistas sitúan el horizonte de recuperación, si todo va bien, allá por el año 2015, y las pesimistas nos van preparando poco a poco el cuerpo para la revelación de que nosotros, por el normal hecho biológico, ya no lo veremos.

Se queja, amargo, Zapatero de que en una rueda de prensa, en bruselense sede, nadie haya tenido la humorada de preguntarle por los últimos, y hay que decir que impresionantes, datos del paro, el cual ha descendido en abril en España, después de echar mano el Gobierno de esa "ingeniería contable" que por mucho menos en los años noventa del pasado siglo dio con banqueros y "brokers" en la cárcel, el equivalente a la cantidad de ocupantes de un "seiscientos" de cuando Franco descubrió el veraneo: el desempleo ha descendido en España exactamente en un padre, la madre, los dos niños, la suegra, la abuela por abandonar en la carretera y el canario, con su jaula. Bueno, exageramos: puede que el canario aún esté en el paro de larga duración.

Esto de las últimas cifras del Gobierno, en realidad microcifras o nanocifras, más que un descenso de los datos de desempleo significa que las estadísticas oficiales se han parado a echar un cigarrito y coger fuerzas para explicarnos los desastres por venir. El presidente considera que si de marzo a abril los listados del INEM pierden medio folio al cambio es que se ha acabado la crisis, como piensa absolutamente en serio que si el Producto Interior Bruto ("pronto lo comprobaremos") aumenta en mayo en media docena de placas solares que funcionan naturalmente por motor de explosión es que España está "en la senda" del crecimiento sostenido.

En realidad, las previsiones optimistas sitúan el horizonte de este país para empezar a sacar la cabeza, si todo va bien, es decir, si todo va exactamente al revés de como va, allá por el año 2015, y las pesimistas nos van preparando poco a poco el cuerpo para la revelación de que nosotros, por el normal hecho biológico, ya no lo veremos. Pero Zapatero tiene las mismas ganas de proclamar ante los votantes (pues todavía falta mucho para las elecciones generales, cierto, pero falta aún más para cualquier otra cosa que no tengamos que olvidar, por funesta, al instante) que ha visto una luz al final del túnel y ésta no era el típico resplandor de los que sufren experiencias cercana a la muerte que está haciendo en su lectura de la evolución económica lo mismo que, en su año, hicieron aquellos miembros de la respetable Cámara de Comercio de mi comarca, cuando el felipismo duro había arrasado con toda iniciativa más o menos empresarial en cientos de kilómetros a la redonda. Resultó que unos emprendedores con buenas relaciones con ciertas redes del Este de Europa abrieron un impresionante y nada equívoco "puticlub" de carretera en algún lugar estratégico, cuando nadie emprendía en la zona (ni, casi, en España) absolutamente nada. Y el cuerpo de autoridades oficiales del lugar, con orgullo nada contenido y ninguna ironía, dio en señalar a la prensa no precisamente salmón que "este negocio que se inaugura hoy va a significar un repunte importante del sector de la hostelería de la comarca". De la hostelería. Impresionante documento. No dijeron del entero sector turístico y de la promoción del ladrillo porque Dios no quiso. ¿Estaría Zapatero en la directiva de aquel entusiasta órgano corporativo, de tan franquista aroma? Porque estamos ante el mismo fino análisis de la situación de nuestro PIB para tiempos oscuros. Idéntico.

En Libre Mercado

    0
    comentarios