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José Bastida

Escohotado llama a la rebelión

Dos grandes ilustres intelectuales y hombres de acción han pasado por la II Escuela de Verano de Ciudadanos, Antonio Escohotado y Fernando Savater.

Dos grandes ilustres intelectuales y hombres de acción han pasado por la II Escuela de Verano de Ciudadanos, Antonio Escohotado y Fernando Savater. No podía haber mejor cartel en España que estos dos polígrafos y eruditos de temple renacentista y cervantino. Con su testimonio, forjado en el tiempo, la reflexión y la calle, el encuentro ciudadano tuvo una brillantez inusitada a la que también contribuyeron los restantes ponentes.

Economía abierta, manifiesto y refundación del europeísmo con alianzas supranacionales, igualdad y reformismo fueron los ejes de una de las mesas en las que Inés Arrimadas, siempre clara y concisa, arremetió contra el inmovilismo y la decadencia de los antiguos partidos PP y PSOE que sólo quieren mantenerse a costa del apoyo de los "peligrosos nacionalismos, cediéndoles poder y contra los principios de igualdad". "Nunca buscan lo bueno para España", sentenció Arrimadas.

Y en eso llegó Escohotado y llamó a la rebelión contra "ese señor inexistente y especular llamado Sánchez y que está raptado por Iglesias". Por eso, asevera el ensayista, "hay que desenterrar el hacha de la discordia y hacer algo ya: movilizar a la calle" porque estos traen el "pan y la fe y al final nos quedamos sin pan y con mucha fe" como siempre pasa en el comunismo y, además, "ahora nos han quitado la posibilidad de votar".

El autor de Los enemigos del comercio denunció la gran mentira que supone atribuir al liberalismo la desconsideración con los pobres cuando es al revés, el sistema de libertades sociales y económicas saca de la pobreza a la humanidad mientras que la izquierda marxista la sume en la hambruna y el crimen. Y apuntó que habría que hacer exámenes a los profesores para demostrar su incompetencia porque "la enseñanza es lo peor". A este respecto, Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos, confirmó que "la educación es lo primero que hay que cambiar, es preciso la revolución educativa". El auditorio rompió en aplausos porque ese es el gran desafío de España. (Girauta, en distancias cortas gana muchísimo, es un gran analista y deja siempre frases lapidarias como "la libertad, una vez la pruebas, ya no puedes olvidarte de ella").

El portavoz también denunció que "se valoran más las buenas intenciones [en relación al discurso supremacista de la izquierda] que la presentación de una buena hoja de servicios", e insistió en la pedagogía del odio que practica el nacionalismo en Cataluña (y en más comunidades) llegando a "cosificar a más de la mitad de la población".

Después de atinadas intervenciones sobre la corrupción ("colaboracionismo entre la política y la función pública"), llegó el diálogo entre Fernando Savater y Albert Rivera. El líder de Ciudadanos (también gana muchísimo en las distancias cortas y evita cualquier atisbo de culto al líder, confirmado por un auditorio que demostró una madurez inusitada en estos eventos) habló claramente de un proyecto alternativo al populismo y al nacionalismo al abogar por un "patriotismo cívico" (una idea-fuerza extraordinaria) que "nació en 1812 y hay que reconstruir". "Ese es el lugar común donde hay que ejercer los derechos cada día", sentenció Rivera, quien insistió en la barrera electoral del 3% y en la supervisión de los poderes del Estado para garantizar una educación libre. "Quiero ser presidente para que el ciudadano se sienta libre en cualquier rincón de España", afirmó con serenidad y advirtió también de que "había que tomarse muy en serio el nacionalismo para poder desmontarlo".

Savater, con su impecable magisterio reivindicó la "ciudadanía europea" y denunció la "vergüenza civil" a que se somete a los ciudadanos en el País Vasco por parte del nacionalismo y el enfermizo bipartidismo que condena a España a ser rehén de la casta separatista. Sobre la educación, el filósofo apostó por el bilingüismo con opción a lengua vehicular y criticó el trilingüismo como "forma de esconderse para no dar español". Este último punto pudo inquietar a Rivera porque su partido apoya esa extraña solución que esconde cierta cobardía e inmadurez en su proyecto educativo. El autor de Ética para Amador dejó muy claro una dramática evidencia: "El sistema educativo está tomado en cada región por la facción más fanática del nacionalismo".

El jurista Francisco Sosa dio una lección magistral sobre los desafíos europeos y recomendó la lectura de Tocqueville y Montesquieu, referentes de la democracia liberal evitados en las universidades por el monopolio izquierdista del saber.

Hubo mucho más contenido en una radiante Escuela de Verano que demostró que Ciudadanos tiene grandes cuadros y un acertado estilo de afrontar el futuro que ya es presente, aunque bloqueado ahora por el gobierno reaccionario y frívolo de ZPedro Sánchez.

Rivera lo tiene muy claro al apostar por el talento y evitar la mediocridad. Todo un desafío para una organización que está destinada a cambiar España. Un reto titánico.

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