Menú
José Carlos Rodríguez

El discurso del Rey

Si todo el sistema se pone en cuestión, ¿por qué no la Corona? Y todo ello cuando la salud del Rey empieza a resentirse y se ve más cercana que nunca su abdicación en favor de Felipe.

Sabido es que Don Juan Carlos pronuncia palabras en español con gran asiduidad, pero hablar sólo lo hace una vez al año, con motivo de la Nochebuena. El resto del año proyecta sobre sus pacientes audiencias unos discursos que, juntos, forman una enciclopedia de los lugares comunes, expuestos con gran variedad de matices. Los niños son el futuro, la educación es fundamental para una sociedad que desee prosperar, la inversión en investigación y desarrollo nos debe poner en la primera línea del mundo, hay que crecer con solidaridad y demás. Todas proclamas generalmente asumibles, que se comprometen con cualquier cosa menos con la realidad, que se evita minuciosamente.

Para la realidad, para los verdaderos problemas de España, la Corona se reserva un cuarto de hora al año con el mensaje de Nochebuena. Este año a Don Juan Carlos no puede echársele en cara haber desaprovechado ese escaso tiempo. Nos ha dicho que la crisis será larga y dura, y ha llamado a todos a trabajar sin incidir en las desavenencias. Ha recordado que este fin de ETA, que será eterno mientras dure, se debe al rechazo por parte de la sociedad española y al trabajo de las Fuerzas de Seguridad. Y ha hablado sin tapujos, aunque sin nombrarlo, de su yerno Urdangarín.

Don Juan Carlos se ha referido al caso, aunque hablando en términos generales, con estas palabras: "Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos". Pero "No debemos, sin embargo, generalizar los comportamientos individuales, so pena de cometer una gran injusticia", pues "de lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad". Coloca a Urdangarín frente a su responsabilidad, para que no arrastre con él a la Corona.

El PP acumula más poder que nunca en la democracia española. Esto va a llevar a la izquierda a incidir en el mensaje de los furiosos: nuestro sistema no es plenamente democrático. Y como no lo es, encontrará eco también en otros sectores, especialmente en un momento de desilusión y desapego respecto de la política por causa de la crisis. Y si todo el sistema se pone en cuestión, ¿por qué no la Corona? Y todo ello cuando la salud del Rey empieza a resentirse y se ve más cercana que nunca su abdicación en favor de Felipe. Quizás en los próximos años veamos a Don Juan Carlos hablar de verdad más a menudo.

En España

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados