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José Carlos Rodríguez

John Kerry repite victoria en New Hampshire

Por segunda vez consecutiva, John Kerry, senador por Massachussets, ha ganado en unas primarias en la larga carrera por la candidatura demócrata a la Presidencia del Gobierno de los Estados Unidos. Y lo ha hecho en el pequeño pero significativo Estado de New Hampshire (NH), donde once de los trece últimos presidentes han salido victoriosos en las primarias. Hace poco más de una semana era Howard Dean quien lideraba las encuestas, pero sus salidas de tono y su extemporáneo e histriónico discurso tras su tercer puesto en Iowa le ha restado credibilidad y ha sido motivo de numerosas críticas. Aunque el 56% de los encuestados en el NH considera que su temperamento no es un problema para ocupar el Despacho Oval, el 36% sí lo cree y la mitad de ese tercio largo de votantes se ha decantado por Kerry. Hay que recordar que Dean fue gobernador del vecino estado de Vermont, y que ha sido precisamente en los condados cercanos a su Estado donde ha recibido el mayor apoyo.
 
Pero no ha sido suficiente para desbancar a John Kerry, que se ha revelado como un candidato muy sólido. Hace más de un mes pasaba sus horas más aciagas al despedir al director de su campaña. Entonces los comentaristas se preguntaban si una persona que no sabe elegir el equipo adecuado para una campaña podría optar a la presidencia de los Estados Unidos, pero desde entonces el interés de los votantes por él no ha hecho más que crecer y, lo que es más importante, se distribuye de forma pareja por todos los sectores del electorado. Jóvenes, militares, independientes… Kerry siempre recoge una buena porción de votos, de lo que no puede presumir ninguno de los otros candidatos, ni siquiera Dean.
 
El resto de los aspirantes a liderar a los demócratas el próximo dos de enero ha hecho un papel mediocre. Especialmente Joe Lieberman, con un 9% de los votos y Clark, que con un 12% queda en cuarto lugar. Este último planteó mal su campaña, ya que se ha centrado en resaltar su biografía, ciertamente brillante, cuando las preocupaciones de los votantes pasa más por saber qué haría al frente de la nación. Finalmente, John Edwards ha quedado tercero con un 13% de los votos que no le permite sumar delegados, pero que le mantiene en la lucha especialmente en previsión de los resultados que pueda obtener en su Estado natal, Carolina del Norte, donde lidera las encuestas. Este Estado comparte el protagonismo con otros seis (Oklahoma, Dakota del Norte, Nuevo México, Missouri, Delaware y Arizona) en un "supermartes" electoral el próximo 3 de febrero que, a diferencia de lo ocurrido en NH, será definitivo en la suerte de algunos candidatos.
 
Dean ha sido la figura más relevante de la carrera demócrata justamente hasta empezar las votaciones, y debe demostrar el próximo supermartes que es capaz de ganar en alguno de los Estados. Los responsables de su campaña miran cuatro días más allá, cuando se celebren primarias en Michigan y Washington, pero su comportamiento el próximo día tres decidirá si Dean puede seguir optando al liderato demócrata. Otro aspirante que está muy pendiente de lo que ocurra ese día es John Edwards, por la popularidad que tiene en el sur. No obstante, pese a que es el candidato que cuenta con una mayor simpatía por parte del electorado demócrata (nada menos que un 73%), se le ve más acompañando a John Kerry como vicepresidente in pectore que como verdadero aspirante a la Presidencia. El electorado mira hacia el futuro, lo que deja a Lieberman fuera de juego.
 
Los principales intereses del votante demócrata pasan por los asuntos internos, con la sanidad pública y la educación como las principales preocupaciones, pero también desean a alguien que iguale la credibilidad de George W. Bush en seguridad nacional. De hecho, aunque observando cómodamente desde la distancia, el Presidente Bush es uno de los claros protagonistas de las primarias demócratas, ya que un 20% de los simpatizantes de ese partido valora como más importante característica de un candidato el que sea capaz de desalojar a Bush del Despacho Oval, sólo superado por el 29% de quien valora más la fe en los valores del partido. El próximo martes veremos en qué forma se expresan en las urnas las inquietudes del electorado demócrata.

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