Menú
José Carlos Rodríguez

Piratas

Lo más sorprendente de todo es que quienes más hablan de piratería son los que proponen un canon digital, que es un robo en toda regla; un atraco con todas las de la ley, con o sin pata de palo o parche en el ojo.

La política consiste en poner nombre a las cosas. El discurso razonado era la herramienta del político cuando el centro de esta actividad era el Parlamento. Ahora el Parlamento es un escenario más del verdadero locus de la política, que son los medios de comunicación. Y el discurso resulta demasiado largo, prolijo y complejo para lo que piden los medios y en especial la televisión. Hay que transmitir muchas ideas con pocas palabras, y esa economía de las palabras fuerza a los hacedores de mensajes políticos a llenar de significados a las palabras o directamente a hacer de ellas un uso torticero. Ese cambio en la política es lo que va de Sagasta a Pepiño Blanco.

¿Cómo, si no, pueden convertirse los atentados de ETA en meros accidentes? Los grupos de presión conocen bien ese mecanismo y lo utilizan profusamente. Así, la violencia doméstica se convierte en "violencia de género" o "violencia machista" o incluso "terrorismo de género", con lo que la mitad de la población tiene en los genes un criminal en potencia. Los empresarios asentados hablan de "competencia desleal" para referirse a todo aquel que ose ofrecer un servicio mejor que ellos o que lo haga a mejor precio. Es decir, a todo el que compita en buena lid.

Son incontables los ejemplos, a cual más indignante. Quizás el que más éxito ha tenido es el de llamar "pirata" a quienes comparten una copia privada, un acto completamente legítimo pero muchos quieren convertir en el enésimo crimen sin víctima. Un pirata es un ladrón marino. Pero aquí no hay mar que valga ni robo ni violencia.

Lo más sorprendente de todo es que quienes más hablan de piratería son los que proponen un canon digital, que es un robo en toda regla; un atraco con todas las de la ley, con o sin pata de palo o parche en el ojo. No iré tan lejos como llamar "piratas" a quienes cobran ese canon, que además luego pasa lo que pasa, pero hay algo que debe quedar claro. Si un grupo recurre a retorcer el significado de las palabras para conseguir sus objetivos (y de paso una cuantiosa fuente de ingresos) es que no tiene siquiera la confianza en que le asisten la razón y el derecho. Será que en el juego de la política, que es el de las palabras, razón y derecho están de más.

En Tecnociencia

    0
    comentarios