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José García Domínguez

Barcelona y su Tercer Mundo

Las autoridades locales estiman en ochenta el número aproximado de "asentamientos" que podría haber en el término municipal.

Las autoridades locales estiman en ochenta el número aproximado de "asentamientos" que podría haber en el término municipal.
Flores y velas en memoria por las personas fallecidas en el incendio ocurrido en un local ocupado en la Plaza Tetuan de Barcelona. | EFE

Lo leí en la prensa local, ahora hará un par de años. Chamo, que por tal se conoce al rey de los okupas de Barcelona, acababa de tomar otro bloque de viviendas en la ciudad, aquella vez en el distrito de Horta. Por lo demás, fue una operación relámpago. En apenas 36 horas, un día y medio, Chamo se levantó 6.000 euros libres de impuestos. Fueron los que le pagó en metálico (Chamo no cree en los bancos privados de depósitos) la empresa promotora de la obra para que concediera desalojar a las ocho familias que poco antes él mismo había instalado en otros tantos pisos de la edificación. Contaba la crónica que Chamo llegó y se marchó del edificio de la calle Tajo número 7, el lugar de los hechos, de idéntica manera: en taxi.

De la historia de Mohamed también supe por un periódico de la provincia. Mohamed tiene 72 años y, aunque él no lo sabe, vive en una chabola ubicada en el lugar que el ingeniero Cerdá eligió en su día para que fuese el centro geográfico de Barcelona, la Plaza de las Glorias. Una chabola, la suya, de lujo. Repárese si no en lo que reza un anuncio inmobiliario colindante con su residencia: "Viviendas desde 360.000 euros hasta 680.000. Zona comunitaria con piscina, gimnasio, solárium y salón social con gastroteca [sic]. Impresionante vista del 22@". El 22@ es el Silicon Valley ful que el Ayuntamiento quiere promover en el antiguo Pueblo Nuevo, la hoy desaparecida zona fabril y proletaria de la Ciudad de los Prodigios.

Pero la principal startup que ha decidido instalarse allí es la formada por varias docenas de clanes familiares de gitanos rumanos que han levantado un poblado de barracas ante la indiferente mirada de las autoridades locales. Unas autoridades locales que son las mismas que estiman en ochenta el número aproximado de "asentamientos" similares que podría haber ahora mismo dentro del término municipal. Pero nada es gratis. "Me cobraron [una de las muchas mafias de la okupación] seiscientos euros para poder entrar a vivir allí". Son palabras de uno de los supervivientes del incendio en el bajo de la Plaza de Tetuán. Tuvo suerte. Al menos, no hubo de pagar también con su vida. Es el Tercer Mundo y está a tres paradas de metro de la Plaza de San Jaime.

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