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José García Domínguez

Empieza la carrera de ratas

Por una vez, habría de madrugar para ser el primero en llamar “facciosos” a Redondo Terreros, Rosa Díez, Gotzone Mora y los demás socialistas vascos que anteponen sus principios a sus piscinas

Gracias a Suetonio sabemos que nada nuevo hay bajo el sol de las rotativas de prensa. Así, es él quien testimonia en un papiro que fue Calígula el que diera renombre y esplendor a los juegos que se celebraban en la ciudad de Lyon, ante el altar de Augusto. Como también por él tenemos noticia de que, concluida la competición, los triunfadores en las tenidas de elocuencia –aquellos que con superior retórica cantaran las gestas del pariente de Nerón– obtenían sus trofeos de manos de los vencidos. Además, cuenta que los mismos derrotados se veían obligados a recitar ante el populacho el elogio de sus vencedores. Tal era la voluntad del Emperador. Y si entre los ripios en gloria de los laureados hubiese alguno que fuera juzgado indigno –por insuficiente–, el autor era obligado a borrar su tablilla con la lengua, antes de ser azotado, correctivo que precedía al lanzamiento del desgraciado a las aguas del Ródano. Es decir, gracias al cuate de Juvenal conocemos que la carrera de ratas que empieza hoy, ésa que acaba de convocar Rodríguez para convertir a las víctimas en verdugos, a los verdugos en oponentes, a los oponentes en criminales, a los criminales en franciscanos, a los franciscanos en fanáticos, y a los fanáticos en víctimas, alberga cualquier cosa menos novedad histórica.
 
Pues bien, ayer mismo, el decano de nuestra lírica fascista se apresuraba a tomar posiciones en la línea de salida. Ansiaba lapole position, y suya fue. Por una vez, habría de madrugar para ser el primero en llamar “facciosos” a Redondo Terreros, Rosa Díez, Gotzone Mora y los demás socialistas vascos que anteponen sus principios a sus piscinas. Pero valió la pena el sacrificio. El maestro intuye, al igual que los demás concursantes, que el César anda inquieto estos días, y que a todos escruta con el rabillo del ojo. Por eso, era muy importante no decepcionarlo. Y el gesto gallardo de adelantarse, ofendiendo a quienes se juegan la vida en el Norte para que su señor se la gane en el Limbo, a buen seguro habrá complacido a La Moncloa. Mas ayer se fue y mañana no ha llegado; cuando llegue, es decir, dentro de un rato en el quiosco del Vips, ya serán legión los gladiadores de la lengua de trapo que emulen al patriarca, y aún pugnen por superarlo. Atención, pues, porque nos visita el mayor espectáculo del mundo: ETA, la hija pródiga de la izquierda, vuelve al redil familiar, y se acaban de inaugurar los magnos juegos florales del gran recibimiento. Permanezcan atentos a la pantalla, ya que esto sólo es el principio. No lo duden, el camarada Andrei Vishinski, el fiscal de los procesos de Moscú, parecería un becario delHolaal lado de los roedores patrios que llegan desfilando en columnas de a uno. Pasen y vean, la función está a punto de comenzar.

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