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José García Domínguez

En Madrid, votar es de derechas

La izquierda tiene la mala costumbre de creer que basta con la superioridad moral para ganar las elecciones.

El próximo 4 de mayo, y de hacer caso a la absoluta totalidad de las casas de encuestas, el llamado CIS de Tezanos (sin cocina) incluído, solo pueden ocurrir dos cosas en Madrid; dos y solo dos. Puede ganar la derecha, primera hipótesis. O puede perder la izquierda, el segundo y más verosímil de los futuribles hipotéticos. Cualquier otro escenario alternativo se antoja harto improbable. El más verosímil, sí, porque, y también según el unánime pronóstico demoscópico, la CAM se volverá a conducir de modo muy similar a como ya lo hiciera el año 19. En aquel entonces, recuérdese, Chamartín, el distrito madrileño donde la derecha obtuvo sus mejores resultados, igualmente resultó ser la sección electoral que presentó un menor porcentaje de abstención dentro del conjunto de la capital, apenas el 24%. En el extremo opuesto, Puente de Vallecas, un territorio  histórico de la izquierda, casi doblaba ese porcentaje con su superlativo 41% de renuentes a acudir a las urnas. Y es que la izquierda tiene la mala costumbre de creer que basta con la superioridad moral para ganar las elecciones, pero resulta, y a los hechos me remito, que no basta. 

Hay que poner algo más encima de la mesa. Requerimiento, ese de poner algo más, que la derecha madrileña, a diferencia de sus adversarios, parece tener bastante claro. De ahí que, aparte de retórica algo apocalíptica, se esfuerce por ofertar a su clientela de la sufrida clase media, la clase que en España sostiene el Estado del bienestar con sus tributos, algo tan concreto y tangible como el alivio fiscal en estos tiempos también catastróficos para las finanzas domésticas. Desde una perspectiva más amplia que la autonómica, una perspectiva de país, se puede estar de acuerdo o no con ese programa, pero es innegable que se corresponde con los intereses objetivos de su electorado madrileño. Por eso les votan. ¿Y qué ofrece la izquierda a los suyos? Pues, en lo esencial, reforzar y profundizar en programas de ayudas sociales únicamente condicionados al nivel de renta de los perceptores, solo al nivel de renta. Ayudas como las subvenciones públicas al alquiler de las que ahora mismo se benefician un 40% de ciudadanos extranjeros. Y todavía se extrañan de la abstención en Puente de Vallecas.

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