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Krugman se equivoca

Sin Berlín tirando del carro de la demanda, lo único que provocará la poda salarial aquí es una deflación de caballo. Un escenario atroz en el que todo el mundo verá aumentadas sus deudas como por arte de magia

paserifo dijo el día 31 de Enero de 2012 a las 22:34:

Cabeza de barro y pies de membrillo.
Por no hablar del hígado.

Me parece, querido Pepe, que le van a llover bofetadas otra vez por su ultra-ortodoxa mención de la historia de la gran depresión y lo que pasó entonces con el gold-standard.

A mí me gusta el patrón oro. Me gusta mucho esa idea de limitar el crecimiento económico al ritmo de extracción de un metal precioso poco abundante. Eso impide que los planificadores especulen y jueguen a ser dioses con el dinero. Nos aportaría a todos esa olvidada sensación de «realismo» que debería imperar en la economía. Aún me gustaría más la versión moderna del patrón oro, que es la de la competencia entre divisas. Y, poniéndonos exquisitos, ¿por qué no competencia en la policía, la administración de justicia, los hospitales, la instrucción, los bomberos, las grandes obras públicas? ¡Ah, qué excitante es Ancapia!

btw: ¡Viva Ron Paul!

Dios le bendiga, columnista.