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José García Domínguez

Mega Montse (Nebrera)

Por lo demás, que esta Montse debía tener mucho peligro lo intuí el otro viernes, al verla entrar en una jaula de leones con el alegre desparpajo de quien se acerca al Caprabo en busca de un Yoplait para la merienda.

Los estadísticos que se dedican a la econometría, esa prueba del algodón numérico que transmuta en ciencia respetable las ocurrencias de los economistas, los llaman "out layer". Y cuando identifican uno lo excluyen inmediatamente de la muestra aleatoria a partir de la que extrapolarán sus conclusiones. Porque son esos perros verdes que se desvían tanto de la media aritmética del rebaño que, de tomarlos en consideración, distorsionarían los resultados finales al punto de tornarlos irreconocibles. Pues bien, para mí tengo que esta Montse va a resultar el cuarto "out layer" que se cuele en el oasis tras veinticinco años eternos de plácida siesta catalanista. Los otros tres dieron en llamarse Vidal Quadras, que es un cráneo privilegiado; Pepe Montilla, que el pobre les ha salido autista; y Albert Rivera, que quien sepa algo de la lobotomía colectiva que ha practicado el nacionalismo con los miembros de su generación no dudará ni por un instante de que se trata de un auténtico marciano.

Por lo demás, que esta Montse debía tener mucho peligro lo intuí el otro viernes, al verla entrar en una jaula de leones con el alegre desparpajo de quien se acerca al Caprabo en busca de un Yoplait para la merienda. Alarma que se convertiría en certeza absoluta cuando comenzó a hablar. Y no por el contenido de lo que dijo, la declamación del romo argumentario para vender neveras en el Polo que le habían escrito al alinón entre Josep Piqué y el camarada Vendrell. Sino por cómo supo lidiar con aquel libreto que no era suyo. Y es que es justo ahí, en la escenificación ante los focos de los papeles mediocres de solemnidad, donde se demuestra la genuina valía de los verdaderos artistas, los de raza. Por eso, aún no llevaba ni cinco minutos escuchándola cuando supe cuál sería la frase que más habría de repetir en el artículo que pensaba escribir sobre ella: qué peligro tiene esta Montse.

Porque no sólo demostró ser hábil, rápida, culta, divertida, inteligente y hasta capaz de pronunciar "Gerona" y "gerundense" (conozco a montones de catalanistas que amenazarían con suicidarse a lo bonzo antes que cometer tamaños sacrilegios). Además, dejó entrever otra cualidad más insólita aún en Matrix: que ni su pensamiento ni su espíritu han sido tomados todavía por "Nosaltres"; o sea, por ellos. Ah, y de la transcripción de esa larga entrevista que concedió a La Mañana de COPE, no dejen de subrayar con un rotulador rojo el siguiente párrafo: "En los partidos políticos las renovaciones y los cambios generacionales son sanos. A lo mejor, el propio Piqué forma parte también de una generación que dentro de poco... pues tampoco pretende seguir haciendo política". Lo dicho: qué peligro tiene esta Montse.

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