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José García Domínguez

Trump no era el candidato de los blancos

Sí ha conseguido, en cambio, arañar muchos más apoyos nuevos entre las minorías, sobre todo las asiática e hispana, que sus predecesores republicanos.

Sí ha conseguido, en cambio, arañar muchos más apoyos nuevos entre las minorías, sobre todo las asiática e hispana, que sus predecesores republicanos.
Donald Trump. | EFE

Todo el mundo cree que a Trump le votaron los varones blancos. Lo creen sus partidarios y lo creen sus detractores, todos. Pero todos están equivocados. Porque Trump no era el candidato de los hombres blancos. Al contrario, los hombres blancos votaron a los demócratas mucho más que en otras ocasiones, razón por la cual Biden es a estas horas el presidente no sé cuántos de los Estados Unidos de América. Un principio periodístico básico es ese tan célebre que ordena que nunca dejes que la realidad te estropee una buena narrativa. Y la narrativa binaria y maniquea que nos ofrecía un tipo como Trump era perfecta. De un lado, el de los malos, todos esos blancos racistas apoyando hasta el final al gran divisor de la sociedad; del otro, el de los buenos, las minorías en bloque, con los negros a la cabeza, volcadas con el demócrata. Esa narrativa, sí, era perfecta, pero presentaba un pequeño problema, a saber: que no tenía ninguna relación con lo ocurrido en las elecciones norteamericanas de 2020. Ninguna. Porque es cierto, huelga decir, que la mayoría de la población blanca de los Estados Unidos ha votado en esta ocasión al Partido Republicano, igual que ya lo hiciera en 2016, cuando Trump se presentó por primera vez.

Tan cierto es eso como que la mayoría de los blancos norteamericanos vota sistemáticamente al Partido Republicano desde los años setenta del siglo pasado, se llame como se llame el candidato surgido de las primarias. La cuestión pertinente, por tanto, es saber si los yanquis blancos están votando más que antes al Partido Republicano desde que su líder es Trump. Y la respuesta es muy simple: no. Así de claro, no. Sin ir más lejos, Bush logró un porcentaje de electores blancos superior al de Trump. Y eso significa que la figura de Trump no ha aportado nada a los republicanos dentro de ese segmento específico de la población. Nada. Al revés, lejos de sumar, resta. Narrativa arruinada. Pero, si no ha movilizado a más blancos, ¿por qué ha estado casi a punto de ganar? Por otra razón muy simple: porque Trump sí ha conseguido, en cambio, arañar muchos más apoyos nuevos entre las minorías, sobre todo las asiática e hispana, que sus predecesores republicanos. Muchos más. Narrativa destrozada.

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